Hueca de afectos.
Siempre a la defensiva.
Como recelando de esa mano que quiere acariciarme.
Como un perro acostumbrado a los golpes.
Pero qué golpes?
Es que a veces un sopapo no duele tanto como los silencios.
miércoles, 29 de junio de 2005
jueves, 23 de junio de 2005
martes, 21 de junio de 2005
invierno
invierno...
invierno...
frío en la nariz
llueven en los paraguas
desde el cielo gris
invierno...
invierno...
cuando sale el sol
guardo en mis manitos
todo su calor...
martes, 14 de junio de 2005
una noche
Hubo una noche de hace quichicientos años (yo tenía cuatro), en que mi vieja juntó todo y estuvo a punto de irse a casa de mi abuela.
Y me acuerdo de mi papá llorando y pidiendo a mi mamá que se quede.
Y me acuerdo de mi propia personita a upa de mi mamá, llorando agarrada a mi mochilita donde tenía un pijama y un oso rojo.
Y me acuerdo de la sensación de impotencia y de la desilusión que me llevé cuando mi mamá me dijo: "andá a acostarte, nos quedamos".
Hubo una noche de hace quichicientos años (yo tenía cuatro), en que aprendí que a veces los adultos no se dan cuenta de qué es lo mejor para sus hijos.
Y me acuerdo de mi papá llorando y pidiendo a mi mamá que se quede.
Y me acuerdo de mi propia personita a upa de mi mamá, llorando agarrada a mi mochilita donde tenía un pijama y un oso rojo.
Y me acuerdo de la sensación de impotencia y de la desilusión que me llevé cuando mi mamá me dijo: "andá a acostarte, nos quedamos".
Hubo una noche de hace quichicientos años (yo tenía cuatro), en que aprendí que a veces los adultos no se dan cuenta de qué es lo mejor para sus hijos.
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