Una masiva reforma en el fondo de la casa nos está obligando a ser selectivos y a descartar cantidad de cosas (CANTIDAD de cosas) para poder tener espacio. Eso hace que haya que revisar cajas y cajones que hacía años (AÑOS) que no se abrían, inspeccionar cuidadosamente cada cosa y decidir qué se queda y qué se va.
Mis hijos se consideran a sí mismos "demasiado" grandes (tienen 13 y 10 años) y dejaron de usar ciertos juguetes y juegos, que inevitablemente fueron a parar al galpón. Esta mañana los senté en el patio, les dí un par de baldes con agua y trapitos, dos cajas vacías y dije: "revisen TODO, lo que se queda tiene que ser lo que de verdad usen, el resto lo separan: lo que otros pueden usar se guarda en esta caja y lo que ya no sirve más porque este roto, le falte una parte o lo que sea, a esta otra caja para tirar."
Estuvieron entretenidos toda la mañana. Revisaban cada cosa y recordaban anécdotas relacionadas con ese juguete en particular como si hiciera años que no los usaban. Se rieron un montón y fueron MUY criteriosos para clasificar.
Pero lo que más me gustó fue la conclusión de Lih:
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