lunes, 17 de marzo de 2008

cocina

ayer después del mediodía me tiré panza arriba en el sofá a leer el diario mientras S. y los dos terremotos armaban la pista gigante (y cuando digo gigante, quiero decir GIGANTE) de scalectrix. pasó una hora y yo ya me había devorado el diario, su revista y su suplemento anexo, los chicos seguían entusiasmados con los autitos y S. se estaba adormilando al otro lado del sofá y afuera llovía despacito después de un chaparrón lleno de truenos y oscuridad.

me levanté, busque los implementos y me dediqué a hacer esto:

tortas fritas blancaflor (ayudada por mi hija A. que se aburrió de ver girar los autos, algo de lo que los varones de cualquier edad parecen no cansarse nunca), nunca me fallan, son divertidas y refaciles de hacer y sale una cantidad considerable.

galletitas de avena riquísimas hechas con la receta exacta que copié del blog grossoedipo (gracias!). toda una novedad, salieron 30 y en ratito. ideal para cocineras con fiaca como yo.

ah, y también hice algo que no está en la foto porque todavía no había terminado de hornearse, un pan de queso y cebolla hecho con esta maquinola infernal de hacer pan.


quién dijo que los domingos no pueden ser productivos...

miércoles, 12 de marzo de 2008

preparto

divagando de un tema a otro por alguna misteriosa razón llegamos a nuestras épocas de embarazadas y a los cursos pre-parto que habíamos hecho.

mi partera en tandil fue susana cuccaro, aunque al viejo julio del castillo (mi ginecólogo, 72 juveniles años hace 11, cuando nació mi hija mayor) no le gustaba nadanadanada su onda. es que susana era muy, muy... cómo decirlo, muy hippie, muy volada, muy new-age.
con ella y su voz de tanguera con tres ginebras de más, hacíamos ejercicios de respiración y visualizaciones muy copadas. ponía música tranqui y hacíamos yoga. traía pediatras y neonatólogos para que nos dieran charlas. nos explicaba con láminas y con muñequitos. nos pasaba videos de "ex-alumnas" durante el parto para sacarnos de la cabeza esa imagen telenovelesca de una luisa kulliok pariendo un elefante a puro gritos. hablaba con tanta pasión sobre la lactancia que uno no podía hacer otra cosa que pensar que darle la teta a los hijos es una maravilla (y lo es, gracias por enseñarme eso).
su imagen favorita para explicarnos una contracción era la de una ola creciendo, avanzando, formando un volado de espuma y cayendo lenta y pesada hasta deshacerse en rulitos blancos a nuestros pies. todavía me acuerdo cuando llevó un cassete (sí, cassete) con una grabación del mar con el que nos hizo hacer toda una rutina de respiraciones profundas y de jadeos y de pujos.

Ailén nació por cesárea. 41 semanas de gestación, nunca se encajó, inducción y trabajo de parto forzado por 12 horas y la seguridad de que el cuello de útero nunca iba a desaparecer por sí solo hicieron que don julio apareciera todo vestidito con su ambo blanco y dijera muy serio (tan serio que no pude ni discutir) "basta, ya esperamos demasiado, esa criatura TIENE que nacer YA".
a mí las lágrimas se me caían gordas y calientes de la frustración. pero vino susana, tan buena y tan dulce y me consoló diciendo tantas y tantas cosas que terminé subiendo al quirófano casi con una sonrisa. y al quirófano entré con ella, que me sostuvo el camisón mientras me ponían la peridural y me palmeaba el hombro diciéndome cosas dulces mientras me peleaba con el anestesista (esa es toda otra historia). y ella fue la que salió muy contenta para decirle a todos que había sido una nena divina y hermosa y que era igualita a la mamá. y ella vino todos los días siguientes a ver si tomaba bien la teta y a avisarme que me iba a pelear con todo el mundo por la depre post-parto y a traerme crema de caléndula para sanar las grietas.

susana, no sabés lo importante que fuiste en mi vida y en la vida de mi hija. todo lo que aprendí con vos lo aprendí de la mejor manera posible, desde el amor y el cariño y la ternura.
gracias

martes, 4 de marzo de 2008

vuelta a clases

caras caras caras
nombres nombres nombres
listas listas listas

estos primeros días,
hasta que uno se vuelve a acostumbrar
al ritmo de tener alumnos todos los días,
son agotadores...
estos primeros días,
hasta que uno empieza a descubrir y a asociar
caras con voces con letras con pequeñas historias,
son abrumadores...
estos primeros días,
hasta que uno se saca los miedos y las estructuras
y sonríe con esperanzas porque va a estar bueno,
son extenuantes...

y encima este año
no tengo ningún fernandez