A veces me pregunto de qué sirve ejercer esta limitación y este freno social que hace que satisfacer ciertos apetitos y deseos sea mal visto.
Qué es preferible? Tener una noche de satisfacción y un amor de toda la vida? O un amor de una noche y una satisfacción de toda la vida?
La eterna sensación de una posibilidad perdida por una vulgar restricción cultural.
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