miércoles, 29 de junio de 2005

hueca

Hueca de afectos.
Siempre a la defensiva.
Como recelando de esa mano que quiere acariciarme.
Como un perro acostumbrado a los golpes.
Pero qué golpes?
Es que a veces un sopapo no duele tanto como los silencios.

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