Una costumbre (que saqué vaya uno a saber de dónde) que pocas veces me falla cuando tengo que tomar una desición o cuando quiero saber como viene pintando algún asunto:
         tomo un libro cualquiera de la biblioteca, 
         lo abro en cualquier página, 
         leo la primera frase que se me cruza. 
Generalmente las oraciones tienen un sentido positivo o negativo fácilmente identificable. Y así puedo deducir si tengo el tarrito un poco ladeado o si todo va bien y sin salpicaduras.
 
 
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