lunes, 6 de febrero de 2006

instantánea

Es tan difícil ponerlo en letras.

Busco y busco combinaciones exactas de palabras,
alquimista incansable de instantes.
Pero es inútil...

Cómo puedo dar una idea completa de lo que se siente?
Cómo hacer que mientras alguien lee esta tontería repita
ese estremecimiento,
esa plenitud,
esa distancia con todo lo que te rodea
(y aún así la cercanía íntima y contenedora),
esa certeza de tener al alcance de los dedos la sabiduría completa del cosmos...
No se puede,
no puedo hacer que otro al leer vea lo que yo descubrí en esa única mirada:
sensaciones compartidas,
caricias olvidadas,
miedos,
abrazos,
roces cálidos en la noche,
sabores,
centellantes mañanas de lujuria,
humedades abiertas y deliciosas,
durezas apremiantes,
besos,
aromas,
charlas y risas,
lágrimas y silencios.
Porque me encantaría poder mostrar lo que me devolvió
en los espejos de su mirada,
como si en un soplo la comunión hubiera sido tan profunda
que su cerebro y su corazón estuvieran dentro mío,
o como si yo fuera solamente una pizca dentro del enorme universo que él es,
y en un flash de placer incomparable
mezclado en dosis minuciosas con su forma de mirarme,
por fin comprendiera qué ve cuando me ve,
y encontrara maravillada
una Mariana íntegra,
completa,
única,
hermosa,
llena de vida.
Y todo en una única mirada,
y todo en un instante,
y todo en un parpadeo,
y todo....

Es tan difícil ponerlo en letras.

Busco y busco combinaciones exactas de palabras,
alquimista incansable de instantes.
Pero es inútil...

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