viernes, 28 de abril de 2006

ahora sí soy perfecta

Esta semana y a partir del lunes 21/4 la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires dispuso que en todos los distritos se llevara a cabo una jornada de perfeccionamiento y actualización docente.

En ESB (escuela secundaria básica) se trabajó sobre los nuevos lineamientos curriculares y la relación - articulación con EPB (escuela primaria básica). Le puse ganas, le puse onda pero dibujar gansadas en mi cuadernito fue lo más que pude lograr.
Igual las conclusiones quedaron primorosas, llenas de sarasa y de palabras huecas.
Y no es por buscar excusas, pero las maestras de grado no dejan de vernos a las profes como unas aprovechadas que ganan mucho, se visten bien y no cuidan los recreos (sic, tal cual de una jodida que no se dio cuenta que nosotras teníamos los radares prendidos). Y si la articulación, la puesta en común la tenemos que hacer con ellas que viven en franca competencia con nosotros, se hace por lo menos difícil.

En polimodal se trabajó sobre los AIC (acuerdos institucionales de convivencia) y sobre la forma de resolver conflictos. Al principio la cosa se encaró desde el lado de los alumnos. Pero después empezaron a surgir piojos internos. Y piojos viejos.
De algunos me hice eco yo, porque me dio bronca que la vice no se diera cuenta que hay formas de maltrato o de violencia que poco tienen que ver con el insulto o con los golpes.
"Suponga que yo llego siempre temprano, cumplo mis obligaciones, trato de no faltar y cuando falto aviso. Ahora suponga que algún compañero de trabajo llega sistemáticamente 20 a 30 minutos tarde, se hace el sota con sus tareas y delega más de lo que debería y falta sin avisar. ESO, esa conducta de ese compañero no es una forma de maltrato o de violencia hacia mi persona?"

Y no, no hubo caso, no se lo pude hacer entender.
Eso sí las conclusiones quedaron un hermosor, no tan huecas, aunque un poco más diplomáticas de lo que yo las hubiera redactado.

Conclusión personal: Cada vez que termino una de estas Jornadas Institucionales me queda la misma pregunta: cuántas generaciones más seguiremos cagando por esta esquizoferenia educativa de hacer de una manera pero dibujar la realidad de otra?
Porque ya no me alcanza con saber que yo de alguna manera trato de trabajar de una manera coherente y fiel a mis convicciones, ya no me alcanza con saber que habemos muchos en educación que ponemos nuestro esfuerzo y tratamos de llenar de ronchas al maquinista aunque sepamos que la locomotora no para.
En algún momento hay que decidirse a parar la máquina, a parar el tren y ver bien por donde vamos, qué queremos, dónde queremos llegar. Pero claro, eso es planificar a demasiado largo plazo. Y no parece haber autoridades dispuestas a tomarse ese riesgo. "No, no, sigamos andando, vamos un poco más despacio, pero sigamos arriba del tren, aunque haya niebla y no sepamos si hay más vías adelante, sigamos andando"
Y mientras tanto los alumnos ahí.

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