y después de días y días en los que me cuenta de sus idas y venidas,
de sus mensajes mandados y de sus llamadas escondidas,
no me queda otra conclusión:
ella no piensa ofrecerle ningún trofeo,
ni sus palabras en un papel
ni sentimientos dormidos
ni sobrenombres secretos
ni siquiera ciertas y determinadas frases.
trofeos que por otra parte, tampoco piensa aceptarle.
por qué?
por una cuestión de supervivencia básica y primitiva.
porque como las putas que no besan en la boca,
ella tampoco acepta ni da esas pequeñísimas cosas
capaces de marcar una diferencia.
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