ahora no sólo me duele la cabeza, no, no, no. ahora también me duele la espalda por estar tanto tiempo recostada con los ojos cerrados tratando de empujar a la migraña para que se desbarranque. y los tobillos por culpa de este calor del infierno. y el útero por la maldita marea roja.
ah, y necesito descansar. porque dormir duerme cualquiera, pero descansar...
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