las librerías son siempre difíciles de resistir. y cuando tenés hijos en edad de escuela a los que hay que comprarles carpetas y lapiceras y separadores y cartucheras todo se vuelve un remolino imposible de controlar. sobre todo si salgo con A, mi hija de 12 años que ama igual que yo todo lo que tenga que ver con los artículos escolares.
así es cómo, para dolor de cabeza de S, mi hija y yo terminamos gastando forrrrrrrrrrrrtunas en artículos de librería escudándonos en argumentos tan flojos como : compramos estos lápices porque son re-lindos y mirá ahora hay separadores de kitty pero rockera y decime si esta lapicera de jirafitas no es una maravilla, aparte estas gomitas de borrar con forma de florcita tienen perfume a chicle, olé, y no sabés que suaves son estas lapiceritas de gel fluo, sí, ya sé que portaminas hay uno pizzini genial en casa pero es que este tiene un cuchitriolo en la punta que suena como un cascabel...
(y eso que no le mostré MIS lapiceras de Betty Boop y MI cartuchera grandota nueva y MI libreta de anotaciones de papel reciclado y MI...)
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