miércoles, 27 de enero de 2010

grullas

Hola gusanito

Entre medio del caos que puede significar ordenar de arriba a abajo y de izquierda a derecha una casa mucho más grande de lo que creía con casi 45°C de sensación térmica, encontré entre otros tesoros unos retazos de papel de regalo que eran demasiado chicos para envolver nada importante pero demasiado lindos para tirarlos a la basura.

Los dejé momentáneamente olvidados y me di una ducha refescante. Cuando me los encontré de nuevo fue con si ya viera las alitas de las grullas pidiendo permiso para desplegarse. Es que este año que pasó fue un año de obsesionarse con los pajaritos de papel. Ah, sí, sí, sí. Eso es algo que ya desde tu nidito tenés que enteder de tu tía eMe: cuando algo me gusta mucho no paro de repetirlo hasta que me canso. Pueden ser guisos de pollo fabulosos o puede ser recortar palabras de las revistas; puede ser leer hasta que se e caen los ojos o puede ser sacar fotos sólo de cornisas; puede ser amasar pan casero o como en este caso, hacer origamis.

Las grullas particularmente me tienen cautivada, y no se si será porque tengo la cabeza llena de pajaritos o si será que hay deseos de libertad atrapados entre los pliegues del papel. Como sea, aquí te mando tres para empezar a sumar. Sumar? Sí, sumar, porque cuenta la leyenda que si coseguis plegar mil (1000!) se te garantiza un deseo. Mi deso (y el de muchos alrededor tuyo) era que vos llegaras y como parece que ya se cumplió, entonces voy a tener que completar las 997 que me faltan. A medida que las vaya plegando te las voy a ir mandando, sólo espero que tu mamá no enloquezca pateando grullitas por todos los rincones.

Portate bien y no hagas lío. Besos de tu tía eMe.

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