jueves, 26 de febrero de 2004

circo!

Circo circo circo!! Llegó un circo al pueblo!!
Qué bueno, qué bueno, qué bueno. Este fin de semana ya sé a dónde ir con los chicos...
Voy a romper el chanchito y durante el intervalo voy a ir con los payasos para comprar la fotito con el visor de plástico, y un coso de algodón de azúcar color rosa (no, verde no quiero, quiero rosa), y de esas varillitas que se parten y brillan en lo oscuro, y panchos con muuucha mayonesa y cocacola, y ojalá tengan la nariz de payaso esa con chifle porque quiero una, y un yo-yo, y eso qué es? no importa, dámelo también.

Pobre Silvio, tener que lidiar con tres enanos pedigüeños fanáticos del circo.

miércoles, 25 de febrero de 2004

de docentes y otras yerbas escolares

El primero que me hizo mover en la silla un poco incómoda fue Paul con sus posts acerca de la educación, sobre todo porque lo focalizaba desde la enseñanaza de las ciencias (que es mi tema), pero en aquel momento tenía la cabeza demasiado fría como para intentar dejarle algún comentario coherente. Después en varios foros docentes se armaron discusiones movidas acerca de incumbencias de títulos, cambios en el estatuto y alborotamiento de módulos en polimodal. La semana pasada durante el reencuentro con los colegas en la escuela el bichito argumentativo empezó a ponerse realmente interesante. Y el domingo con el anuncio de la suspensión de actos públicos para titularizaciones, la continuidad de provisionalidades y suplencias, sumado a la posible reforma del estatuto del docente me terminó de estallar la térmica.

Esto no es de ninguna manera una justificación pero a veces para los que no son docentes es difícil entender las complicaciones y tironeos a los que está sometido el maestro o el profesor:
--> Los cambios constantes que te hacen en el discurso los que están arriba;
--> la falta de respaldo real y honesto de los gremios que tendrían que defender nuestros derechos;
--> el tener que acomodarte de acuerdo al humor de tu director al punto de tener que formatear planillas completas porque "acá hacemos todo en arial, no en times new roman y además dejamos sangría de 1,5 y no de 1" (juro que es real);
--> la ausencia conciente de los padres que te dejan a los pibes en la puerta el primer día de clases y vienen a buscar el certificado de cursada el último día, como si la escuela fuera un enorme depósito o guardería;
--> la violencia latente que existe en todos lados pero que se respira en casi todas las aulas sin importar a qué sector social pertenezcan los chicos;
--> los "cuchillos pedagógicos" que te tiran los más veteranos que están descreídos y amargados de todo;
--> las trabas burocráticas que encontrás cuando resulta que después de pagar cerca de $500 por hacer un curso de perfeccionamiento acerca de la mediación escolar o la prevención de adicciones no te aparece el puntaje prometido, mientras que a tu compañera que hizo gratis un curso acerca de las bondades de la rúcula en la dieta de la portera recibe tanto puntaje como si hubiera hecho un master en la unviersidad devayaunoasaberdonde;
--> la incoherencia que existe en muchas medidas que te caen siempre desde un escalón más arriba (que las evaluaciones así, que los planes de clase asá, que la disciplina así, que la tolerancia asá) y que vos tratás de acomodar lo mejor posible a tus propias y personales convicciones (en caso que las tengas);
--> la falta de preparación y de apoyo para prepararte que tienen los docentes en muchas areas que según el título no necesitan saber pero que al final terminan aprendiendo a los golpes (desde trabajar en aulas integradas con chicos con dificultades visuales y/o auditivas, conocer qué se debe hacer y que se puede hacer cuando encontrás un alumno con signos de violencia familiar, manejar situaciones que limitan en lo delictivo y hasta saber entender que si en una escuela con comedor los últimos quince minutos no te dan ni cinco de bola es porque la escuela está impregnada del olorcito de la comida lista y ellos tienen HAMBRE);
--> la permanente competencia despiadada que se plantea con gente que hasta unos años antes era tu compañero de estudios y tu hermano en las crisis de examenes, donde por cuatro módulos ($125,00 para un profe sin antigüedad) son capaces de buscar tu prontuario en la policía.

Todo esto (que no es todo) te provocan primero desconcierto: sos un recién recibido, con tinta fresca en el diploma, durante la carrera nadie te instruyó que hay algo que se llama "estatuto del docente" y que pauta muy bien todas las obligaciones y derechos que tiene un docente. Y como el sistema educativo es el súmun de la burocracia, aunque te estés muriendo si no tenés el papel que corresponde (lenado por triplicado) no podés llamar a la ambulancia.
Después te da una sencación de estar abandonado a tu suerte en una isla desierta: nadie se hace cargo, todo lo dan por obvio y sos un suertudo de novela si encontrás a alguien con ganas de sentarse tooooooda una tarde de sábado a explicarte con pelos y señales las vueltas y más vueltas administrativas. Y a eso sumale que tenés que estar en buenas relaciones con las porteras, porque ellas manejan todo el submundo de los correveydile y saben a quién hay que darle bola, a quién hay que tener de amigo y a quién más vale no contrariar.
Y finalmente podés caer en un resbaladizo "ma' sí" que te lleva de cabeza a uno de dos pozos:
--> en uno mandas todo al carajo y te dedicás a hacer lo menos posible y a eximir a todos sin preguntar para así evitarte dolores de cabeza (no, dolores de conciencia no, si total para esta altura ya sos inconciente a todo lo que no sea el depósito de tu sueldo y del bendito incentivo)
--> en otro mandás todo al carajo pero te dedicás a hacer, a escribir, a armar proyectos locos aunque todos te pongan cara fea, a perseguir a la de lengua para que el texto informativo lo trabaje en conjunto con vos, a averiguarte el teléfono de la de plástica para ver cómo se puede armar una maqueta del ADN, a tener dolores de cabeza y gastritis buscando que de alguna manera misteriosa la cabeza de los alumnos haga CRACK, piensen y aprendan.

Sí, ya sé, seguramente abundan más los profes y maestros del primer tipo, aunque también hay muchos híbridos entre los dos casos (gente que se preocupa y trata aunque no le den el lugar, o gente que no se calienta pero por lo menos le da culpa). Pero bueno, los del segundo tipo (los "quijotes" los llama una colega) también existen, se diluyen un poco en la marea de las escuelas, pero existen. Son como las pulgas: no van a poder parar la locomotara pero van a llenar de ronchas al maquinista.

Lo malo es que hay que rezar para que a nuestros hijos le toquen un buen porcentaje de estos profes y maestros.

lunes, 23 de febrero de 2004

home sweet home

Esta era mi casa hasta el lunes de la semana pasada.
Según Ignacio, esta va a ser mi casa cuando los albañiles terminen de trabajar.
En este momento es un revoltijo de ladrillos, arena, cal, cemento y números. Y promete hacerse peor cuando la semana que viene tengamos que mudar nuestro dormitorio y desarmar definitivamente el escritorio.
Sumadito a eso la semana pasada empecé a trabajar otra vez y la directora quiere proyectos hasta para ir al baño.

Ay... está mal ir deseando a esta altura del año que lleguen las vacaciones de invierno?

UPDATE: Para los que no pudieron ver las fotos prueben con estos links: casa original y casa proyecto

jueves, 19 de febrero de 2004

to do list

reordenar el galpón, los galpones en realidad para reacomodar los cachivaches

juntar una caja ASÍ de inmensa con zapatillas del número 18 al 21 y llevárselas al padre Hugo

tirar: una bañadera de bebé con el fondo roto, una faja adelgazante toda podrida, cajas y más cajas llenas de papeles papelitos y papelones, un paraguas todo torcido, telgopores protectores de tele-video-equipodemúsica-walkman-etcétera, un cofre con la paciencia acumulada en horas de control mental junto con los cassetes del método Silva

guardar por las dudas: las primeras ropitas de bebés de los chicos, el changuito, la sillita de comer, el carrier, el portapañales, el bolso y el cambiador

mudar libros, revistas, albumes de fotos, adornitos y mi colección de lechuzas al galpón renovado de mi mamá; caerme en el camino y lucir con orgullo un moretón violeta muy coqueto

amanecer a las 7:00 am y escuchar PAMPAMPAMPAM PAM encima de mi cabeza mientras las perras ladran mirando el techo con ese ladrido que dice "quién anda ahí arriba sin nuestro permiso?"

levantar las plantas del minijardín cantero del frente para que los pedazos de mampostería no los aplasten, replantarlas en el patio de atrás y rezarle a San Cristóbal para que las perras no me las mastiquen

lavar los pisos tooooooooodos los días al mediodía y al atardecer, y aún así sentir el polvillo en tooooooodos lados


Espero que la casa quede tan bonita como el dibujito que una tarde de hace tres inviernos hizo Ignacio, el arquitecto, porque sino...

sábado, 14 de febrero de 2004

San Valentín

Seguramente en esta fecha aparecerán pilas y pilas de posts hablando de amor en todas sus variantes. Trataré de recopilar la mayor cantidad que encuentre.

Mientras tanto, a todos ustedes que nutren este blog con las perlas de su corazón, les deseo:

FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS

san valentin

De San Valentín no me interesa nada, ni los regalos ni la historia ni si es un anglicisimo más que incorporamos ni si es comenrcial ni la cantidad de corazones que se ven en la vidrieras ni que la radio se haya puesto insufrible con tantos mensajitos, nada.
Lo único que me interesa de San Valentín es que es la excusa perfecta para fletar a los enanos por un día a casa de los abuelos y festejarrrrrrrrrr...

Permiso, me voy a terminar la mochila de Lihuel y a ver si Ailén terminó de desayunar.

jueves, 12 de febrero de 2004

lecturas

Hoy se recuerda el aniversario número 20 de la muerte de Julio Cortázar.
No es algo menor, pero últimamente prefiero los nacimientos antes que las muertes.
Y hoy se festejaría el cumpleaños número 195 de Charles Darwin.
Así que donde sea que estén hoy don Julio y don Charles: cheers! y gracias por horas llenas de placer y lectura.

martes, 10 de febrero de 2004

LEAN ESTO ANTES DE LEER EL POST DE ABAJO
A todos los que comentaron y me "abrazaron" así de lejitos, GRACIAS.
Esto también soy yo, a veces me pongo triste y se me da por hacerme un ovillo para desaparecer.
Pero después se me pasa.
Siempre se me pasa.
Y yo sé que no se puede estar cien por cien pila todo el día toda la vida, porque eso tampoco es saludable y tampoco es normal. Pero igual me da bronca que me agarre la tristeza de los tobillos y como (para molestia de muchos de mis amigos) trato de entender todotodotodo lo que me pasa, cuando me encuentro con algo que se siente pero que no se puede explicar me enojo y me enrosco.
Y ahí ando por la vida, triste y enojada, todo junto.
besosPero así como a mis amigos que me siguen llamando por teléfono cuando estoy así, después les llevo facturas y les cebo mate con mucha espumita, a ustedes les digo GRACIAS y los lleno de besitos.

la parca

Mi primer muerto fue a los 9 años. No, miento, en realidad mi primer muerto fue a los 3 años y fue mi abuelo paterno, que murió en Rosario. Al velorio fue solamente mi papá y de allá se volvió con una pelea amarga con su mamá y sus hermanas que duró toda mi memoria. Pero eso es otra historia.

El segundo muerto en orden cronológico pero el primero real y visible para mí fue sí cuando tenía 9 años.
El papá de M., una compañera de la escuela, era dibujante técnico aunque a veces nos dibujaba monigotes para entretenernos mientras tomábamos la leche a la merienda. Yo siempre lo veía como un señor muy muy viejito, en realidad tenía 47 años pero para mí tenía más pinta de ser el abuelo que el papá de M. Un día en quinto grado (o era en sexto?) vino la maestra a decirnos que el papá de M. estaba muy enfermo y que teníamos que rezarle mucho a Dios para que se mejorara. La escuela donde iba era católica y mi cerebrito altamente influenciable había recibido altas dosis de doctrina religiosa, así que yo creía fervientemente en que si me portaba bien, iba a misa y rezaba mucho entonces nada malao pasaba y tenía asegurado un puestito en el Cielo. Demás está decir que aparte de las cadenas de oración que hacíamos en la escuela yo en mi casa rezaba mucho a la noche para que el papá de M. se mejorara y pudiera seguir consiguiéndonos esas piedritas cuadradas de mármol blanco para la payana.
Un día apareció en el aula la directora. Es raro cómo se fijan en la memoria ciertos detalles absurdos de momentos así. Yo te puedo describir perfecto la cartuchera que tenía mi compañera de banco ese día que doña Norma nos dijo: "Acaban de llamar del hospital, el papá de M. falleció hace una hora".
En mi cabeza no había lugar para otra pregunta que no fuera "por qué?" Me daba vueltas y vueltas hasta marearme: por qué por qué por qué por qué Fue mi primera bronca con Dios, mi primer desengaño, el primer palo en mi fe. Me sentía traicionada, como si todo lo que habíamos rezado y pedido no hubiera servido de nada, como si todo lo buena que era M. que siempre te prestaba las cosas y te regalaba los mapas calcados con plumín que le hacía el padre no sirvieran a cuenta de evitarle los malos momentos. por qué por qué por qué por qué
Al otro día a la mañana y en fila desde la escuela, metidos en el uniforme azul fuimos al velatorio. Mi mamá no me quería dejar ir, tenía miedo que me impresionara. Tarde má, la impresión ya estaba impresa. Una vez ahí estaban las chicanas entre los compañeros para ver quién se animaba a entrar a la "capilla ardiente" y quién era un miedoso que arrugaba frente a un muerto. Y yo no iba a dejar que me cacarearan como hacían con los otros. Así que entré y me paré al lado de la mamá de M., al ladito del cajón.
La mamá de M. hablaba y hablaba, decía que había adelgazado porque mirá cómo le queda holgada la camisa, si hasta los zapatos le quedan flojos como si se le hubieran achicado los pies y que por lo menos así ya no se quejaba de los dolores y había mucha mucha gente y el aire era pesado y lleno del olor de las coronas y esos dos cirios amarillos en la punta que se hacían cada vez más finitos y había algo en mis orejas que me hacía blublu y el papá de M. que era el que dibujaba monigotes a la hora de la merienda pero que no era él aunque pareciera dormido pero yo nunca lo había visto dormido y las manos flacas que ya no agarraban un lápiz de punta de cera sino que se agarraban entre sí sobre el pecho y yo y yo y yo.
Ya no importó si me cacareaban, salí de ahí caminando derechita y me fuí a la vereda. La maestra después me retó porque salí sin permiso, pero era como era muy complicado explicarle me aguanté el reto y las risas de mis compañeros. Después en mi casa mi mamá me preguntó todotodotodo como siempre y a la noche dormí por primera vez boca abajo. Aún hoy trato de dormir siempre en cualquier posición menos boca arriba, y si por alguna razón me duermo así seguro que en mitad de la noche me despierto con pesadillas o sueños feos.

Después de eso tuve otros muertos, algunos más importantes y otros menos, algunos jóvenes y otros viejos, algunos parientes y otros solo conocidos, algunos de muerte accidental y otros de lentas agonías. A muchos de esos velatorios asístí, pero generalmente no me acerco mucho al cajón. Hasta el domingo 1 de febrero.
La que murió fue la abuela de mi cuñado. Doña Amelia era una señora muy elegante y grande (82 años), viuda y coqueta, vivía en la iglesia. Era la típica señora mayor que uno ve en las iglesias limpiando los altares, planchando los trajes del sacerdote, preparando la jarra con el agua para los bautismos, controlando las limosneras, zurciendo los trajes de los santos y eso. A pesar de eso no era muy rompecocos con el tema religioso, uno podía sentarse y hablar de cualquier cosa con ella, desde política hasta recetas para la tos. El sábado doña Amelia fue a la misa de la tarde (como siempre) y el domingo a la mañana amaneció muerta en su cama en su departamento donde vivió sola y sin compañía por muchos años.
La encontró uno de los hijos que la iba a invitar a almorzar, doña Amelia estaba acostada en su cama, dormida y tranquila.
Y dormida y tranquila parecía adentro del cajón cuando yo me acerqué para verla. Serena. Eso, serena. Y a mí la habitación no me dio vueltas y vueltas, y las orejas no me hicieron blublu, y no tuve que salir corriendo a la vereda.

Después de ese domingo fue que a mí me atacó la tristeza. Y supongo que está bien. Que es lógico. Que es entendible. Así que agarré hojas y una fibra verde y escribí todo eso que está un cacho más arriba. Y lloré hasta que se me hincharon los ojos y hasta que me lavé la tristeza. Después el viernes me fui a Monte Hermoso y conseguí que el mar y el viento me lavaran la cara. Y ahora ya estoy tranqui otra vez.
Aunque siga sin poder dormir boca arriba.

miércoles, 4 de febrero de 2004

no sé

De dónde viene la tristeza? Por qué camino se abre paso a la superficie? En qué momento cierro los ojos con fuerza y aparece la palabra dibuajada?
No sé. No sé. No sé.
Cuántas veces me he sentido triste? De qué manera me asalta la tristeza? Cuándo se va a ir para tener la cabeza vacía otra vez?
No sé. No sé. No sé.
Por qué esta falta de aire? De dónde esta ausencia de sabores? Para qué esta sensibilidad absurda?
No sé. No sé. No sé.



NO SÉ

lunes, 2 de febrero de 2004

capaz que no, pero...

Volvió N., mi cuñada menor. Pero no es que volvió de visita: volvió para vivir aquí otra vez.
Renunció a su trabajo en Buenos Aires (como analista financiera en Personal) para empezar a partir de hoy a trabajar en fiscalización de RENTAS oficina Bahía Blanca.
Como yo soy bastante inconciente y poco diplomática, y como ella relataba la sucesión de eventos de manera bastante elíptica, al final le pregunté: por qué te volviste? es mejor la plata? (no) entonces? (es que como las cosas con J. pintan que van bastante en serio, entonces me vine porque sino era un quilombo)
La charla fue el sábado.
Hoy es lunes, pero a mí me sigue volando una mosca en la panza que me dice que algo huele mal en Dinamarca.
Lo que más me zumba es que:
N. NO se parece a ninguna de mis amigas enamoradas, no da muestra de babearse por su hombrecito ni pone ojitos de ballena en celo ni suspira mirando el techo en la mitad del almuerzo; los he visto juntos y hacen una "linda" pareja pero algo en la nuca me molesta cuando veo cómo él la trata a ella (aunque disimule poniéndole onda de "esto es una joda y te verdugueo todo el tiempo porque te quiero mucho");
ella no ganaba ooooooh LA plata en Buenos aires pero estaba en un puesto muy bueno y con muchas probabilidades de mejorar, y ahora vuelve a un puesto contratado por un año por un sueldo mucho menor;
los comentarios de los padres (felices por tener a su bebé menor de vuelta en el pago) diciendo que qué bueno que él la haya podido "traer de vuelta", como si N. fuera un paquete trasladable;
un "algo" que no sé bien todavía qué es, pero que me molesta bastante.
Lo único que espero es que por esta vez mi sentido de bruja me falle y que N. realmente haya vuelto porque está perdidamente enamorada de J. (y que sea recíproco) y porque su centro afectivo sea más importante que su centro racional.
Ojalá. Ojalá. Ojalá. Ojalá.