lunes, 16 de junio de 2008

posibilidad

YO: al final no entiendo, si estás muerto de amor por "ella" (y creeme que ya se te nota) por qué no vas y hablás y ya?
H: porque tengo miedo a que la respuesta que me de no sea la que espero.
YO: ...
H: ...
YO: pero por ese miedo te estas perdiendo la posibilidad de escuchar la respuesta que te haría feliz.
H: ...
YO: ...
H: pero me evito la posibilidad de salir con el corazón roto.
YO: más roto de lo que lo tenés ahora?
H: ...
YO: ...

si yo leyera alguno de mis viejos diarios, de mi época de adolescente y celestina, seguramente me encontraría con diálogos parecidos. muchos de mis amigos varones me contaban de sus vicisitudes románticas y me pedían una perspectiva femenina. a veces he hecho de intermediaria, llevando notitas o averiguando sutilmente si A gustaba de B para que B pudiera encararla sin problemas de rebote. era fascinante ver como esos pichones de hombres te mostraban los ojitos brillantes y como se les suavizaban las palabras cuando te contaban.

H está hasta las tuercas con "ella" y me cuenta de los mensajitos empalagosos hasta la diabetes que le manda por el celular y se ríe de las gansadas que "ella" le contesta como si fuera la mujer más aguda del planeta. H la conoció en el trabajo y aunque tuvo algunas escaramuzas en el camino, todo quedó en la nada por cuestiones de falta de decisión.

hasta acá nada es muy diferente de lo que pasaba con mis amigos de la secundaria o de la universidad. el mismo enamoramiento, la misma baba admirada, los mismos argumentos. la diferencia es apenas sutil: H tiene 58 años, está casado, tiene hijos y es abuelo. y "ella" no sólo es veinte años menor, sino que también está casada y tiene hijos.

o sea.

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