30 días
transformada en un papa.
30 días
cansada de no hacer nada.
30 días
de no ejercitar
(ni el cuerpo ni el cerebro,
mucho menos el alma).
30 días
sumergida en mi propia miseria
30 días
regocijándome en el abandono.
30 días
flotando a media agua
(el fondo lejos de mis pies,
encima de mi cabeza tanto azul).
30 días
durmiendo sin soñar.
30 días
soñando sin dormir.
30 días
mirando el espejo
(el del baño y el de sus ojos)
sin reconocerme.
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