viernes, 29 de junio de 2012

crash

Reboté.
Me la di de frente y sin desacelerar.

Y no es la primera vez.

De hecho me pasó como tantas otras veces que intento hacer *algo*relacionado con la tecnología (en este caso instalar el teléfono en la net para poder usarlo como banda ancha móvil).

A pesar de considerarme una usuaria ágil, para nada temerosa y hasta diría que aventurera, es increíble la negación intrínseca que tengo frente a estas cuestiones. Si por alguna razón se desprogramara el televisor y no tuviera quién lo configurara correctamente, tendría que resignarme a ver un par de canales de aire (lluviosos) porque no sería capaz de hacerlo sola. Prefiero volver a la tiza y el pizarrón antes que conectar el proyector a la compu yo sola (horror!).

Entonces surge una mezcla de envidia pulsante y frustración paralizante frente a mis hijos (y mis alumnos), y su capacidad (innata?) de captar rápidamente la realidad y apropiarse de ella a velocidades que yo no podría alcanzar ni con tres vidas de entrenamiento.

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