sábado, 30 de abril de 2005

sin aire

Abrí la boca y las palabras se asomaron al vacío. La distancia al suelo era tan grande que retrocedieron temblando.
Traté de sacarlas, empujándolas un poco con la langua, pero no. Ellas se hicieron chiquitas y se pusieron a llorar.
Carraspeé un poco y volví a abrir la boca. Esta vez sentí como una de ellas se agarraba de mi paladar, clavándome uñas delicadamente filosas. Eso hizo que se me salieran unas cuantas lágrimas.
Cerré la boca e intenté un diálogo mental con las palabras. Les expliqué que necesitaba sacarlas de mi interior, que necesitaba que alguien más las viera y que no significaba que las iba a abandonar. No hubo caso. Las palabras no estaban dispuestas a salir.
Abrí la boca,ya un poco enojada, después de todo yo soy quien manda aquí. Las palabras reptaron por mi garganta y se abrazaron con todas sus fuerzas a las cuerdas vocales. Bloqueaban la salida del aire y aunque tosí con fuerza no pude escupirlas.

Malditas palabras atascadas en mis tripas que se descomponen y se pudren y me contaminan. Cuándo podré sacarlas de mí?

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