Ya hace rato que lo noté. Pero no me animaba a preguntarle.
V., la jefa de preceptores todos los días llega a la escuela, saluda muy amable, busca que te busca en su cartera un peine verde y prolijamente se peina.
No usa espejos ni nada de eso, simplemente se pasa el peine por la cabeza.
Ayer tampoco me animé a preguntarle, pero el signo de interrogación sobre mi frente era demasiado visible.
"Es para sacarme el viento que me queda pegado al pelo" me dijo guardando el peine verde en su cartera.
Y ahí empecé a entenderla y quererla un cachito más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario