que cosa la sonrisa.
antes a mí se me escapaban a montones, ahora a penas si salen y casi siempre se parecen más a una mueca de desprecio o de hastío que a una sonrisa de verdad.
y no miento, eh?
antes tenía unas sonrisas hermosas.
ahí estan esas fotos que no me dejan mentir.
y no.
no tiene nada que ver que sean fotos.
la diferencia entre esas sonrisas de foto y las sonrisas de foto actuales se ve sin lupa.
antes había un brillo, una cosa que salía de la superficie del papael.
ahora en cambio aunque use 400 asas y unbuen ángulo, la foto se ve descolorida, gris, azul, violeta casi oscuro, una porquería, bah.
y soy yo.
seguro soy yo.
porque las otras fotos están buenísimas.
pero claro, son fotos en las que yo no me asomo ni a palos.
qué será que no permite sonreir así?
ya no tendré motivos?
no creo.
o sí.
a ver si me explico.
motivos para sonreir mirando lo que pasa afura de mi persona hay de sobra y hasta para hacer dulce de sonrisa. una sola palabra ya es motivo de sonrisas: hijos. y eso que no hablo de todo lo que hacen, dicen, dibujan, cantan, crecen y demás... y como eso tengo más, muchos más.
el problema son los motivos cuando miro para adentro.
ahí es donde no me gusto y donde no encuentro razón para sonreir.
tendré que inventarme de nuevo.
cerrar los ojos de adentro bienbien fuerte y esperar a que aparezcan estrellitas de colores. y recién entonces abrir la mirada y descubrir que hay brillos escondidos, fosforecencias olvidadas, caminos sin recorrer, pasto verde y blandito, sol, mucho sol.
y entonces sí.
sonreir para la foto
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