Cuando volví de dejar a Ailén en la escuela (con el cielo llorando a cántaros) puse radio Mitre y escuché a Lalo Mir decir que iba a leer algo que les había llegado por mail desde el Chaco.
Yo no sé si fue el día triste, la voz del señor Mir, las palabras que aunque de otro sonaban tan fuerte y viscerales, o la combinación de todo eso, pero tuve que dejar de lavar los platos del almuerzo y sostenerme de la mesada mientras deshacía el nudo en la garganta.
El texto, impecable, fue sin firma de autor.
Pero por ser lectora de su blog desde el principio, me resultó fácil de identificar su origen.
Por si no lo conocen y por si no lo escucharon en la radio hoy, aquí está:
Vivir para contarlo
Y vaya también mi velita prendida para ÉL.
Mejorate 10.
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