... qué lindo que vinieron....
eso nos decía mientras daba vueltas alrededor de la mesa y se acercaba a cada uno de nosotros, nos abrazaba y nos tocaba como para comprobar que eramos reales, sonreía enormemente, con todo el cuerpo y nos mimaba y se reía y los ojitos atrás de los antejos chisporroteaban con el calor interno de sentirse  sostenida, admirada, extrañada, pero sobre todo querida.
 
 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario