por qué de todas las profes de 9º, me tuvieron que elegir a mí, justo a MÍ para que ayude a los chicos a preparar la canción?
Doña Moña se debe estar revolcando de risa allá arriba de su nube.
viernes, 28 de noviembre de 2003
jueves, 27 de noviembre de 2003
Hoy a la mañana se cayó en mi cabeza un papel del archivo. Pero no del archivo cercano, de aquel de hace como veinte años. Un recuerdo lleno de A. A., el que no veo desde que se fue a estudiar medicina. A., el cráneo del curso que siempre supimos que estaba marcado para lo bueno. A., el eterno petiso calentón, buen tipo y buen mozo en dosis imposibles de resistir.
Me acordé de esa noche en la que después de estar en el departamento de S. hasta la madrugada, me acompañaste hasta la puerta de mi casa, aunque yo vivía en el otro extremo de la ciudad y a cincuentitantas cuadras de la tuya. Yo usaba minifalda en ese entonces y como era diciembre no llevé ningún abrigo. Vos tenías una campera de jean que cuidabas como si fuera de platino, nunca quisiste prestarsela a nadie. Pero esa madrugada te la sacaste después de tres calles y me la diste sin preguntarme nada. Cuando me la puse lo que más me gustó fue que ya estaba tibia, venía llena de tu calor y de tu olor. Caminabamos por el medio del asfalto, total a esa hora ya no pasaba nadie, hablando pavadas y mirandonos de costadito. Cuando llegamos a mi casa nos quedamos parados sin saber qué hacer. Cuando te fuiste a despedir casicasi me diste un beso en la boca. Nunca había sentido tanto frío hasta entonces en mi vida, como esa noche cuando tu campera me dejó de abrazar.
Siempre me gustaste A., desde que te conocí en primer grado. Yo ni sé si vos algua vez te enteraste, pero bueno, eso, que hoy tenía frío caminando al sol, y vino tu campera a abrigarme como esa noche.
Me acordé de esa noche en la que después de estar en el departamento de S. hasta la madrugada, me acompañaste hasta la puerta de mi casa, aunque yo vivía en el otro extremo de la ciudad y a cincuentitantas cuadras de la tuya. Yo usaba minifalda en ese entonces y como era diciembre no llevé ningún abrigo. Vos tenías una campera de jean que cuidabas como si fuera de platino, nunca quisiste prestarsela a nadie. Pero esa madrugada te la sacaste después de tres calles y me la diste sin preguntarme nada. Cuando me la puse lo que más me gustó fue que ya estaba tibia, venía llena de tu calor y de tu olor. Caminabamos por el medio del asfalto, total a esa hora ya no pasaba nadie, hablando pavadas y mirandonos de costadito. Cuando llegamos a mi casa nos quedamos parados sin saber qué hacer. Cuando te fuiste a despedir casicasi me diste un beso en la boca. Nunca había sentido tanto frío hasta entonces en mi vida, como esa noche cuando tu campera me dejó de abrazar.
Siempre me gustaste A., desde que te conocí en primer grado. Yo ni sé si vos algua vez te enteraste, pero bueno, eso, que hoy tenía frío caminando al sol, y vino tu campera a abrigarme como esa noche.
miércoles, 26 de noviembre de 2003
martes, 25 de noviembre de 2003
Escenario: Dormitorio Matrimonial; Ailén sentada en el borde de la cama, Lihuel en una sillita al costado, Yo repatingada cerca de las almohadas, Silvio conectando cables de la filmadora a la video y de la video a la tele para copiar un cassete de filmadora (de mi papá) a un cassete grande.
Lihuel: blablablabla y la seño Adriana blablabla y MateoGenaroyAgustín (el combo fatal del jardín) blablabla y Abril blablabla y blablabla y blablablablabla.
Silvio: (al borde del colapso por no poder concentrarse, pero todavía guardando la compostura) Basta Lihuel, no hablés más así vemos la peli, si?
Lihuel: Bueno, no hablo más, pero resulta que Agustina...
Silvio: Hijo, basta, dejá de hablar.
Lihuel: Pero si ya dejé de hablar...
Silvio: (con los patos definitivamente volando muuuy lejos de aquí) En-ton-ces-no-hables-más-si-dejaste-de-hablar!
Lihuel: (con tonito de enojo imitando al padre) No-estoy-ha-blan-do!
silencio mortal seguido de mi intervención de madre conciliadora
Yo: (con la cabeza escondida abajo de la almohada) pfffffffffffffffjuajuajuajajajaja! (asomando la cabeza para respirar) Quieren que traiga Cindor con Panchitas?
Todos: Síiiiiiii! Dale, yo quiero el vaso violeta, a mí la taza verde, dame un vaso largo, traé azúcar...
Qué sería de esta familia sin las endorfinas que nos da el cacao...
Lihuel: blablablabla y la seño Adriana blablabla y MateoGenaroyAgustín (el combo fatal del jardín) blablabla y Abril blablabla y blablabla y blablablablabla.
Silvio: (al borde del colapso por no poder concentrarse, pero todavía guardando la compostura) Basta Lihuel, no hablés más así vemos la peli, si?
Lihuel: Bueno, no hablo más, pero resulta que Agustina...
Silvio: Hijo, basta, dejá de hablar.
Lihuel: Pero si ya dejé de hablar...
Silvio: (con los patos definitivamente volando muuuy lejos de aquí) En-ton-ces-no-hables-más-si-dejaste-de-hablar!
Lihuel: (con tonito de enojo imitando al padre) No-estoy-ha-blan-do!
silencio mortal seguido de mi intervención de madre conciliadora
Yo: (con la cabeza escondida abajo de la almohada) pfffffffffffffffjuajuajuajajajaja! (asomando la cabeza para respirar) Quieren que traiga Cindor con Panchitas?
Todos: Síiiiiiii! Dale, yo quiero el vaso violeta, a mí la taza verde, dame un vaso largo, traé azúcar...
Qué sería de esta familia sin las endorfinas que nos da el cacao...
viernes, 21 de noviembre de 2003
Nunca estuve en un meet-up, pero si todos son así de cómodos y así de llevaderos en la conversación, YA pero YA quiero que organicen uno para ir (eso sí, que sea por la zona porque tengo poco efectivo disponible ;P )
Para leer la previa a este meet-up, le recomiendo pasar por aquí
Para leer la previa a este meet-up, le recomiendo pasar por aquí
miércoles, 19 de noviembre de 2003
Lo más divertido:
tocar las anémonas con el dedo y ver como se esconden en sí mismas.
la velocidad del lobito para cruzar delante nuestro cuando rodeábamos el Folías
la cantidad de sonrisas, miradas y amores adolecentes que encontré creciendo.
mirar los salmones tirar besitos, ponerles el dedo y ver como se acercan a picotearte
esa madrugada de sábado que con mate amargo escuché a un señor relatar sus experiencias en la Antártida
las cómicas situaciones que se armaban alrededor de la "sacada del traje húmedo"
la mirada de desconcierto de C. cuando le dijeron: "vos hoy no bajás, porque anoche te pusiste en pedo"
colgarme del Zodiac y que nos lleven casi hasta la costa como si fueramos marines sacados de una peli.
la sonrisa de satisfacción de C. cuando sobre el final de la tarde le tiraron el traje y le dijeron "preparate para bajar"
caerme de rodillas en la playa con todo el equipo puesto y no poder levantarme ni con ayuda de tres señores buzo fornidos
jugar al carnaval con la manguera de agua fría mientras lavábamos los equipos el domingo
mirar a una persona a la que se conocían solamente las letras y pensar: "sí, es ella" y sentirme absolutamente cómoda.
conseguir una remera igual igual igual a la de J., uno de los instructores y que fuera la última.
dormir en el colectivo y no babearme
haber ido, haber logrado matar ese miedo y seguir sintiendo aún hoy el abrazo del agua en toda mi piel.
tocar las anémonas con el dedo y ver como se esconden en sí mismas.
la velocidad del lobito para cruzar delante nuestro cuando rodeábamos el Folías
la cantidad de sonrisas, miradas y amores adolecentes que encontré creciendo.
mirar los salmones tirar besitos, ponerles el dedo y ver como se acercan a picotearte
esa madrugada de sábado que con mate amargo escuché a un señor relatar sus experiencias en la Antártida
las cómicas situaciones que se armaban alrededor de la "sacada del traje húmedo"
la mirada de desconcierto de C. cuando le dijeron: "vos hoy no bajás, porque anoche te pusiste en pedo"
colgarme del Zodiac y que nos lleven casi hasta la costa como si fueramos marines sacados de una peli.
la sonrisa de satisfacción de C. cuando sobre el final de la tarde le tiraron el traje y le dijeron "preparate para bajar"
caerme de rodillas en la playa con todo el equipo puesto y no poder levantarme ni con ayuda de tres señores buzo fornidos
jugar al carnaval con la manguera de agua fría mientras lavábamos los equipos el domingo
mirar a una persona a la que se conocían solamente las letras y pensar: "sí, es ella" y sentirme absolutamente cómoda.
conseguir una remera igual igual igual a la de J., uno de los instructores y que fuera la última.
dormir en el colectivo y no babearme
haber ido, haber logrado matar ese miedo y seguir sintiendo aún hoy el abrazo del agua en toda mi piel.
martes, 18 de noviembre de 2003
Imposible contar toooooooooodo un fin de semana como el pasado en un solo post.
Un fin de semana donde hubo pilas y pilas de risas, de emociones, de tener todo el cariño y la ternura ahí, en la punta de los dedos y la piel.
Un fin de semana con sol, con agua, con playa, con peces, con amigos, con encuentros inesperados y deseados, con medusas y estrellas, con el placer de jugar por jugar, con anémonas, con la libertad de ser sin que te importe un cuerno tu imagen porque lo importante está adentro.
Un fin de semana en el que conocí a las personas facinantes que se escondían atrás de una coraza de neoprene, atrás de unos 16 años inquietos y ruidosos, atrás de un ceño fruncido y estricto, atrás de unos mates amargos en la madrugada, atrás de un blog, atrás de un plato gigante de ravioles.
Un fin de semana en el que sé que sorprendí a más de uno, porque superé mis propios miedos, porque me aguanté el esfuerzo físico, porque laburé como uno más cargando tubos, lavando los equipos y subiendo y bajando cosas del camión.
Un fin de semana del que me quedó un rollo de fotos, dos kilos menos, un moretón en la pierna, la piel dorada de sol y felicidad, un encuentro lleno de abrazos con Silvia, la autoestima en las nubes, el saborcito del cordero patagónico todavía durmiendo en mi lengua y una sonrisa tan pero tan grande que se tendrá que esmerar la vida para borrarmela.
Perdón por lo que vendrá, yo sé que me transformaré en un plomo inaguantable contando anécdotas y sensaciones y fotos de Puerto Madryn, pero tendrán que tenerme paciencia.
toy re feliz, se nota?
Un fin de semana donde hubo pilas y pilas de risas, de emociones, de tener todo el cariño y la ternura ahí, en la punta de los dedos y la piel.
Un fin de semana con sol, con agua, con playa, con peces, con amigos, con encuentros inesperados y deseados, con medusas y estrellas, con el placer de jugar por jugar, con anémonas, con la libertad de ser sin que te importe un cuerno tu imagen porque lo importante está adentro.
Un fin de semana en el que conocí a las personas facinantes que se escondían atrás de una coraza de neoprene, atrás de unos 16 años inquietos y ruidosos, atrás de un ceño fruncido y estricto, atrás de unos mates amargos en la madrugada, atrás de un blog, atrás de un plato gigante de ravioles.
Un fin de semana en el que sé que sorprendí a más de uno, porque superé mis propios miedos, porque me aguanté el esfuerzo físico, porque laburé como uno más cargando tubos, lavando los equipos y subiendo y bajando cosas del camión.
Un fin de semana del que me quedó un rollo de fotos, dos kilos menos, un moretón en la pierna, la piel dorada de sol y felicidad, un encuentro lleno de abrazos con Silvia, la autoestima en las nubes, el saborcito del cordero patagónico todavía durmiendo en mi lengua y una sonrisa tan pero tan grande que se tendrá que esmerar la vida para borrarmela.
Perdón por lo que vendrá, yo sé que me transformaré en un plomo inaguantable contando anécdotas y sensaciones y fotos de Puerto Madryn, pero tendrán que tenerme paciencia.
toy re feliz, se nota?
viernes, 14 de noviembre de 2003
Bolso con ropas varias de los chicos más libros más zapatillas extras más pijamas ---> YASTÁ
Organización técnico logística del itinerario de los chicos por las casas de los abuelos durante el finde ----> YASTÁ
Llave de casa en manos del encargado de cuidar las perras y la pecera ---> YASTÁ
Ropa de Silvio ---> YASTÁ
Ropa mía ---> CASI
Binoculares ---> YASTÁ
Cámara de fotos con rollo puesto ---> YASTÁ
Canasta con equipo de mate más galletitas más pastafrola más botella de agua mineral ---> YASTÁ
Conservadora con aguga o gaseosa más sanwichitos más fruta ---> TA TODO EN LA HELADERA, FALTA ARMARLA
Bolsas de dormir ---> YASTÁ
Cosméticos varios ---> YASTÁ
Música con pilas nuevas más dos pilas extra de repuesto ---> YASTÁ
Bolsito con documentos varios ---> YASTÁ
Comunicación ---> YASTÁ
El equipo de buceo ya partió en el camión ayer.
El apostadero naval de Puerto madryn ya tiene la reserva del grupo hecha.
El itinerario de buceo ya está armado: el sábado al buque Río de Oro y el domingo al parque submarino.
Las parejas de buceo ya están armadas (aunque los instructores no nos quieren decir nada de quién con quién)
Lo único que me falta es bañarme y subirme hoy a las 19:00 al colectivo.
no lo quiero decir muy fuerte, pero tengo unos nerrrrrrrviossssssss...
Organización técnico logística del itinerario de los chicos por las casas de los abuelos durante el finde ----> YASTÁ
Llave de casa en manos del encargado de cuidar las perras y la pecera ---> YASTÁ
Ropa de Silvio ---> YASTÁ
Ropa mía ---> CASI
Binoculares ---> YASTÁ
Cámara de fotos con rollo puesto ---> YASTÁ
Canasta con equipo de mate más galletitas más pastafrola más botella de agua mineral ---> YASTÁ
Conservadora con aguga o gaseosa más sanwichitos más fruta ---> TA TODO EN LA HELADERA, FALTA ARMARLA
Bolsas de dormir ---> YASTÁ
Cosméticos varios ---> YASTÁ
Música con pilas nuevas más dos pilas extra de repuesto ---> YASTÁ
Bolsito con documentos varios ---> YASTÁ
Comunicación ---> YASTÁ
El equipo de buceo ya partió en el camión ayer.
El apostadero naval de Puerto madryn ya tiene la reserva del grupo hecha.
El itinerario de buceo ya está armado: el sábado al buque Río de Oro y el domingo al parque submarino.
Las parejas de buceo ya están armadas (aunque los instructores no nos quieren decir nada de quién con quién)
Lo único que me falta es bañarme y subirme hoy a las 19:00 al colectivo.
no lo quiero decir muy fuerte, pero tengo unos nerrrrrrrviossssssss...
jueves, 13 de noviembre de 2003
Con suerte y si el tiempo acompaña, el sábado voy a tener mi propia foto así:
Puerto Madryn, allá vooooooy...
Puerto Madryn, allá vooooooy...
miércoles, 12 de noviembre de 2003
lunes, 10 de noviembre de 2003
Si pudiera pondría aquí lo siguiente:
el ruido de las ranas aquella noche de verano;
los picotazos de las gallinas entre mis piernas cuando buscábamos huevos;
el olor a bosta fresca que había siempre en los corrales;
los gritos de terror de los lechones cuando P. los corría;
los pelos de la yegua colorada enredados entre mis dedos;
cuando los girasoles eran mucho más altos que yo;
el aburrimiento cuando llovía;
las masitas de manteca y chocolate que mi prima me enseñó a hacer;
buscar choclitos bebé entre los maizales para hacer pickles con la tía;
gritarles lerolerolerolero a los pavos y esperar que respondieran para reirnos de lo pavos que eran;
acostarnos en el pasto a la noche para descubrir satélites pasar;
la quemadura que me hice en la cocina económica por jugar a la mancha;
el olor de las sábanas y el picor de las frazadas;
las tardes de calor en la pelopincho con agua de pozo;
las sacudidas del tractor cuando nos llevaban de la tranquera al galpón;
el miedo cuando el Lobo ladraba a la madrugada.
Y por supuesto no tendrían que faltar el gustito de las berenjenas en escabeche, de la oreja de chancho; de la ubre de vaca; del mate amargo con yuyitos; del té de orégano para el resfrío; del fernet o la hesperidina del abuelo cuando me dolía la panza; de las verduras que yo había cortado a la mañana con el cuchillito filoso; de los huevos con la yema naranja; de los pancitos con matecocido y leche, de los pucheros de gallina con esas impresionantes patas asomadas de la olla y de las empanadas de carne con azúcar arriba.
Pero como no puedo poner acá nada de eso, entonces dejo el libro que originó el festejo del Día de la Tradición .
Y aunque este tiene ilustraciones de Castagnino, más lindo era el de mi tío, grandote y lleno de dibujos, con las tapas de cuero labrado y con un olorcito que daban ganas de dejar la nariz pegada a la tapa toda la tarde.
el ruido de las ranas aquella noche de verano;
los picotazos de las gallinas entre mis piernas cuando buscábamos huevos;
el olor a bosta fresca que había siempre en los corrales;
los gritos de terror de los lechones cuando P. los corría;
los pelos de la yegua colorada enredados entre mis dedos;
cuando los girasoles eran mucho más altos que yo;
el aburrimiento cuando llovía;
las masitas de manteca y chocolate que mi prima me enseñó a hacer;
buscar choclitos bebé entre los maizales para hacer pickles con la tía;
gritarles lerolerolerolero a los pavos y esperar que respondieran para reirnos de lo pavos que eran;
acostarnos en el pasto a la noche para descubrir satélites pasar;
la quemadura que me hice en la cocina económica por jugar a la mancha;
el olor de las sábanas y el picor de las frazadas;
las tardes de calor en la pelopincho con agua de pozo;
las sacudidas del tractor cuando nos llevaban de la tranquera al galpón;
el miedo cuando el Lobo ladraba a la madrugada.
Y por supuesto no tendrían que faltar el gustito de las berenjenas en escabeche, de la oreja de chancho; de la ubre de vaca; del mate amargo con yuyitos; del té de orégano para el resfrío; del fernet o la hesperidina del abuelo cuando me dolía la panza; de las verduras que yo había cortado a la mañana con el cuchillito filoso; de los huevos con la yema naranja; de los pancitos con matecocido y leche, de los pucheros de gallina con esas impresionantes patas asomadas de la olla y de las empanadas de carne con azúcar arriba.
Pero como no puedo poner acá nada de eso, entonces dejo el libro que originó el festejo del Día de la Tradición .
Y aunque este tiene ilustraciones de Castagnino, más lindo era el de mi tío, grandote y lleno de dibujos, con las tapas de cuero labrado y con un olorcito que daban ganas de dejar la nariz pegada a la tapa toda la tarde.
viernes, 7 de noviembre de 2003
jueves, 6 de noviembre de 2003
La profe pone cara seria, se calza los anteojos y se sienta solita su alma en el fondofondo del aula mientras los chicos (de 7º, unos pichones más buenos que un pan con manteca y azúcar) terminan de acomodar las láminas que hicieron para hablar de contaminación, agujero de ozono y efecto invernadero. Hasta se trajeron una casita de vidrio y dos termómetros.
La profe abre su cuadernito mágico, ese que tiene la lista de los alumnos y un montón de redondeles, cuadradados, espirales y rayas violetas y verdes. Los chicos del fondo estiran los ojitos para ver si pueden pescar algo medianamente decifrable de ese código tan raro que se inventó la profe para poner notas y señalar a quien no cumple con la tarea, pero la profe los mira sin decir nada y levanta la ceja derecha por encima del marco de los anteojos. Ellos ya saben y se vuelven a sentar mirando a sus compañeros. Están tranquilos porque ya pasaron por ese mismo calvario el día martes, pero están nerviosos porque sus amigos están transpirando.
Es que la profe armó los grupos con caramelos masticables. Trajo una bolsa de sugus y repartió, después dijo: los que tengan sugus verde juntensé acá, los que tengan sugus rojos vayan alla y los que tengan sugus naranja se acomodan al fondo. Y así quedaron todos los grupetes desarmados. Y nada de cambiarse los caramelos que ya los anoté como iban quedando. Y no les quedó más remedio que bancarse de hacer el trabajo con Sutano o con Mengano. Y algunos descubrieron que Perengano no era tan mal tipo, o que Fulano aparte de molestar y no estudiar, tiene buena mano para dibujar láminas.
La profe mira con su mejor cara de serenidad a los chicos que empiezan a hablar y contar lo que hicieron, lo que leyeron, lo que descubrieron, lo que memorizaron en algunos casos. Lo que los chicos no saben es que por dentro a la profe también le caminan cienpiés de nervios, y que le dan ganas de palmearles la espalda y decirles "tranqui, que no soy el cuco", así que asiente con la cabeza mientras las palabras flotan en el aire caliente del aula. Y de vez en cuando hace algún firulete al lado de la lista con violeta y con el lápiz vuelve a dibujar naderías alrededor de su nombre para quemar la ansiedad.
La profe respira hondo cuando terminan de hablar y sabe que todos están mirando su gesto. Ella que nunca estudió teatro no puede disimular por más tiempo la sonrisa ancha como un jamón y empieza a aplaudirlos. Todos se suman al clapclapclap, igual que el martes. Y seguramente de la misma manera que ocurrirá mañana viernes con el grupo de los sugus naranja.
A la profe le queda la satisfacción del trabajo hecho y un garabato hecho de lápiz, nervios y labios apretados en el margen de la agenda.
Qué más se puede pedir de un día jueves?
La profe abre su cuadernito mágico, ese que tiene la lista de los alumnos y un montón de redondeles, cuadradados, espirales y rayas violetas y verdes. Los chicos del fondo estiran los ojitos para ver si pueden pescar algo medianamente decifrable de ese código tan raro que se inventó la profe para poner notas y señalar a quien no cumple con la tarea, pero la profe los mira sin decir nada y levanta la ceja derecha por encima del marco de los anteojos. Ellos ya saben y se vuelven a sentar mirando a sus compañeros. Están tranquilos porque ya pasaron por ese mismo calvario el día martes, pero están nerviosos porque sus amigos están transpirando.
Es que la profe armó los grupos con caramelos masticables. Trajo una bolsa de sugus y repartió, después dijo: los que tengan sugus verde juntensé acá, los que tengan sugus rojos vayan alla y los que tengan sugus naranja se acomodan al fondo. Y así quedaron todos los grupetes desarmados. Y nada de cambiarse los caramelos que ya los anoté como iban quedando. Y no les quedó más remedio que bancarse de hacer el trabajo con Sutano o con Mengano. Y algunos descubrieron que Perengano no era tan mal tipo, o que Fulano aparte de molestar y no estudiar, tiene buena mano para dibujar láminas.
La profe mira con su mejor cara de serenidad a los chicos que empiezan a hablar y contar lo que hicieron, lo que leyeron, lo que descubrieron, lo que memorizaron en algunos casos. Lo que los chicos no saben es que por dentro a la profe también le caminan cienpiés de nervios, y que le dan ganas de palmearles la espalda y decirles "tranqui, que no soy el cuco", así que asiente con la cabeza mientras las palabras flotan en el aire caliente del aula. Y de vez en cuando hace algún firulete al lado de la lista con violeta y con el lápiz vuelve a dibujar naderías alrededor de su nombre para quemar la ansiedad.
La profe respira hondo cuando terminan de hablar y sabe que todos están mirando su gesto. Ella que nunca estudió teatro no puede disimular por más tiempo la sonrisa ancha como un jamón y empieza a aplaudirlos. Todos se suman al clapclapclap, igual que el martes. Y seguramente de la misma manera que ocurrirá mañana viernes con el grupo de los sugus naranja.
A la profe le queda la satisfacción del trabajo hecho y un garabato hecho de lápiz, nervios y labios apretados en el margen de la agenda.
Qué más se puede pedir de un día jueves?
miércoles, 5 de noviembre de 2003
dialoguito inexistente
Una vecina horrorizada: Cómo es eso que te enamoraste de un compañero de clase? Vos estás loca?
Mariana (o sea yomisma): No veo por qué loca, hay un tipo que me gusta, que tiene ojos lindos, que se ríe con mis chistes y que me hace cosquillas en la panza cuando se sienta cerca mío...
UVH: Pero nena! Vos estás casada y tenés hijos...
M: Si eso yo ya lo sé, pero no sé que tiene que ver.
UVH: Y... que eso... vos estás casada, tenés hijos, qué? te pensás separar?
M: Pero! Cómo se le ocurre? De dónde saca usted semejante idea?
UVH: Entonces? Le pensás poner los cuernos a tu marido?
M: Me parece que hay una confusión enorme acá: yo dije que estaba "enamorada" como si tuviera 14 otra vez. Yo a los 14 me enamoraba de cuanto pantalón se me cruzara, pero ese "enamoramiento" me duraba menos que un pestañeo. NO, ni separación ni cuernos. Me gusta un tipo que está en mi clase, pero me gusta dentro de esa situación particular, nada más. No es que me lo quiera acostar ni siquiera que fantasee con besarlobabearlomorderlocomerlocogerlo. Nada que ver.
UVH: Pero, pero pero... Vos estás casada....
M:Sí, eso ya me lo dijo antes. Pero una cosa no quita la otra. O usted se piensa que Silvio no mira a otras mujeres y que de vez en cuando no se "enamora" de la que está en atención al cliente, o de la flaquita esa de la malla violeta, o de la que lo atiende siempre sonriendo en la panadería? Yo no soy ciega, puedo diferenciar una mirada de "qué buenas piernas tiene esa flaca" a una mirada de "me gusta cuando quedan globos azules pegados a tu sonrisa".
UVH: Pero... los valores, la familia ...
M: Mire doña, la cosa es simple: yo amo a Silvio, es el padre de mis hijos, es mi hombre, es con quien me gusta hacer cosas divertidas, es la persona con la que más proyectos a largo plazo tengo, es mi amigo, mi amante y mi hermano, y no le digo más porque ya lo termaniaría plagiando a Benedetti. Pero yo sigo teniendo sangre en las venas, sigo pensando y sintiendo, y de vez en cuando aparece algún señor que me desajusta los tornillos. Como no sé ponerle etiquetas políticamente correctas a las emociones yo digo que me "enamoro" de ese señor. Y nada más. No le busque patas al huevo ni pelos al gato.
UVH: Estajuventúdehoyendía, tátodaperdida...
Una vecina horrorizada: Cómo es eso que te enamoraste de un compañero de clase? Vos estás loca?
Mariana (o sea yomisma): No veo por qué loca, hay un tipo que me gusta, que tiene ojos lindos, que se ríe con mis chistes y que me hace cosquillas en la panza cuando se sienta cerca mío...
UVH: Pero nena! Vos estás casada y tenés hijos...
M: Si eso yo ya lo sé, pero no sé que tiene que ver.
UVH: Y... que eso... vos estás casada, tenés hijos, qué? te pensás separar?
M: Pero! Cómo se le ocurre? De dónde saca usted semejante idea?
UVH: Entonces? Le pensás poner los cuernos a tu marido?
M: Me parece que hay una confusión enorme acá: yo dije que estaba "enamorada" como si tuviera 14 otra vez. Yo a los 14 me enamoraba de cuanto pantalón se me cruzara, pero ese "enamoramiento" me duraba menos que un pestañeo. NO, ni separación ni cuernos. Me gusta un tipo que está en mi clase, pero me gusta dentro de esa situación particular, nada más. No es que me lo quiera acostar ni siquiera que fantasee con besarlobabearlomorderlocomerlocogerlo. Nada que ver.
UVH: Pero, pero pero... Vos estás casada....
M:Sí, eso ya me lo dijo antes. Pero una cosa no quita la otra. O usted se piensa que Silvio no mira a otras mujeres y que de vez en cuando no se "enamora" de la que está en atención al cliente, o de la flaquita esa de la malla violeta, o de la que lo atiende siempre sonriendo en la panadería? Yo no soy ciega, puedo diferenciar una mirada de "qué buenas piernas tiene esa flaca" a una mirada de "me gusta cuando quedan globos azules pegados a tu sonrisa".
UVH: Pero... los valores, la familia ...
M: Mire doña, la cosa es simple: yo amo a Silvio, es el padre de mis hijos, es mi hombre, es con quien me gusta hacer cosas divertidas, es la persona con la que más proyectos a largo plazo tengo, es mi amigo, mi amante y mi hermano, y no le digo más porque ya lo termaniaría plagiando a Benedetti. Pero yo sigo teniendo sangre en las venas, sigo pensando y sintiendo, y de vez en cuando aparece algún señor que me desajusta los tornillos. Como no sé ponerle etiquetas políticamente correctas a las emociones yo digo que me "enamoro" de ese señor. Y nada más. No le busque patas al huevo ni pelos al gato.
UVH: Estajuventúdehoyendía, tátodaperdida...
martes, 4 de noviembre de 2003
34 - 14 = 20
20 Mariana, entendiste?
20!
Si querés te lo digo en letras: veinte.
O en romanos: XX
(no mejor en romanos no porque suena un poco porno)
Pero date cuenta que vos dejaste de tener 14 hace ya 20 años!
Así que dejate de joder con eso de que te "enamoraste" de tu compañerito de clase y andá a estudiar que hoy hay que presentar un trabajo teórico de Técnicas de Buceo.
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