días y días y días
en los que la rutina se transforma en hastío,
en los que la paciencia te pone frenética,
en los que te dan ganas de romper a patadas y puñetazos todos los sanitarios del baño,
en los que lo único que hacés es gritar adentro de la toalla y llorar de cuclillas en la ducha
así estoy
así vivo
y mientras tanto hay pequeñísimos rayitos de sol
que no tienen nada que ver con el problema de fondo,
que no son esperanzas de nada ni soluciones mágicas,
pero que te plantan una sonrisa con pegote de dulce de leche, con torta de independiente y una vela que representa cada uno de sus ocho enrulados, histriónicos y sensibles años.
y entonces entiendo lo de la circularidad de la vida
lo de unas generaciones empujando suavemente a las otras
lo de la energía fluyendo de una persona a otra en una familia
algo se apaga lentamente, casi que se extingue como una vela
y a pesar de todo sigue vivo y con fuerzas, latiendo en mí, latiendo en mis hijos
ayer fue el cumpleaños del menor, de Lihuel,
y no por nada le elegimos ese nombre que quiere decir "vida"
nadie mejor que él puede representar lo que esa palabra quiere decir
nadie mejor que él puede enseñarme tanto y con tanta simpleza.
4 comentarios:
Esta buenisimo que apesar de todo puedas ver lo que Lihuel te muestra. Un beso enorme. Todo va a estar bien, en serio.
ahi esta tu rayito de sol
besos grandes nena!
¡Qué grande está tu hijo! Yo que he visto sus fotos desde hace 4 años (siiií, cua-tro!) me quedo boquiabierta al ver cuán rápido crecen estos loscos bajitos que nos impulsan a seguir, que apuestan por nosotras, en momentos en que nosotras mismas no lo hacemos.
Todo pasa, Marxxianísima, ya lo verás. Te mando toda mi buena onda :)
Bessitos!!!
Comparto totalmente, los hijos son vida!!!
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