ya me parecía que no podía ser tan simple como ir y hablar de la semana que pasé, no, no, no señor, siempre te salen de atrás del escritorio y de la libreta, armados con un espejo que te muestra sin piel y con un signo de pregunta que te deja pensando tres días.
claro, después te dice: "bueno mariana, nos vemos la semana que viene, pero el miércoles, le parece?" mientras te alcanza el último de los dos mil quinientos treinta y ocho pañuelitos de papel que usaste y vos justo en ese momento te acordás que dejaste el auto estacionado a una cuadra y no bajaste los anteojos de sol.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario