C. es la preceptora más antigua del turno y, desde que V. se jubiló de su cargo de jefa de preceptores, ella es la persona a la que todos vamos a consultar cuando tenemos dudas y la que nos guía cuando no sabemos si quemar todos los papeles con la escuela incluida o si ahogar alguno de los pequeños demonios que tenemos como alumnitos. en broma yo le digo que ella es nuestra "jefa espiritual", C. se enoja y protesta pero sabe que es cierto.
C. pasó varias malas bastante seguidas, la muerte de su mamá después de una agonía muy dura y muy larga, la muerte de su primer nieto a los cinco días de nacido, varios problemas familiares y para terminar de sumar últimamente a su señor esposo se le quemó la cabeza.
en todos los casos, C. estuvo ahí para apuntalar y sostener a sus personas amadas, pero ella mientras tanto se iba haciendo cada vez más frágil y más áspera, más necesitada de afecto y más amarga en sus contestaciones, más pequeñita y más subida al banquito de las protestas.
peeeeero... como la vida es siempre mucho más fuerte que cualquier otra cosa, desde el jueves nos encontramos con una C. llena de sonrisas y miradas tiernas, desbordante de paciencia y de alegría. y la culpa de todo la tiene una bebé, una chiquitísima y redondita bebé que trajo encerrada en su mano toda la alegría que le faltaba a esa abuela, una bebé que nos transformó a todos en la escuela en tías abuelas orgullosas que le contamos a todos los profes que C. YA ES ABUELA! C. YA ES ABUELA!
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