lunes, 22 de diciembre de 2003


Es laaaaaaaaargo y es personal.
A mí me sirvió hacer esto, no se si a alguien le servirá leerlo.
Puede llegar a ser muuuuuuy aburrido.
Pero este es MI pequeño resumen y balance anual.
Y si quieren evitarse el detalle y saber el resultado: digamos que NI.
NI bueno, NI malo, NI nada.
Uno de esos años en lo que lo poco bueno no alcanza para tapar todo lo malo, pero en lo que todo lo malo no alcanza para borrarte todo lo bueno.
Estan avisados.
Pueden huir tomando cualquiera de los links de la derecha.


Enero: Empezó bárbaro, con una pelea madre-hija que me dejó sin voz durante una semana. Lo único positivo de esa pelea furiosa y llena de malas palabras fue que me saqué de encima restos podridos de treinta años. Igualmente eso me trajo como consecuencia un verano zombie, con mi vieja hablándome solamente del tiempo y de los temas de chusmerío que aparecían en los programas de la tele. Mi papá me terminó dando la razón, pero en privado y sin testigos, lo que hace que sea bastante poco creible. Los chicos prácticamente no se enteraron porque Silvio apenas vio el color de las nubes se los llevó a la plaza hasta que pasaron los chaparrones. Y después escuchó en silencio mi relato lleno de hipos y lágrimas secas. Estuvo al lado mío; no diciendo, no haciendo, no aconsejando nada. Simplemente estando, demostrandome su presencia. Y eso fue lo que me sostuvo para poder ponerme de pie. Otra vez. En el medio de todo eso viajamos a La Plata a visitar a mi cuñada menor y a Claromecó para pasar un par de días con mi amiga J.
Febrero: La embriología me tuvo a mal traer casi todo el mes. Y el calor. Y los mosquitos. Y ese hambre insaciable que hacía que cavara todos los días unos metros más de tierra para hundirme. Pero por suerte fue un mes corto y como llegó pasó.
Marzo: Lihuel empezó el jardín de infantes. Todo entusiasmado, todo feliz, casi no necesitó período de adaptación. Ailén empezó 1º grado y estaba tan alta, tan linda, tan grande, tan ella en su uniforme. Fue feliz en la escuela desde el primer día; pero un poco más cuando vino contando que había conocido la biblioteca, y que podía sacar libros para leer en casa. Ese día brillaba como una perla. Yo terminé de rendir y conseguí el papelito que me faltaba. Las cosas con mis viejos se hicieron un poco menos tensas, pero solamente un poco. Salieron pocas horas de trabajo y eso me comía la cabeza. Empecé a ir a natación y el agua me lavó un montón de lágrimas. Total en el agua quién se va a dar cuenta que mientras estas nadando de espaldas a vos se te caen gotas saladas de los ojos.
Abril: Viajamos nuevamente a La Plata y de ahí saltamos a Buenos Aires para pasar por la Feria del Libro. Volví a meterme a Internet. Durante el verano casi no había prendido la computadora. Mitad porque andaba mal y mitad porque me la pasaba en cualquir otro lado que frente al escritorio. Volví a escribir, a escribir cuentitos cortos, relatos de mi día a día y de lo que veía en la calle, amagues de poesía y palabras sueltas que se me iban ocurriendo. Volví a leer, a leer libros, libros de ficción, de historia, de pedagogía, de cuentos, de todo tipo, y sitios con cosas para leer. Y ahí volvieron a aparecer los weblogs. Porque ya en el 2002 los había descubierto y hasta había intentado escribir uno. Pero la fiaca y no saber nada de nada me frenaron. Pero este Abril venía con mucho tiempo, así que me puse a aprender. y encontre un montón de sitios con diseños, con explicaciones, con propuestas y de a poquito me fui construendo este quinchito para pegar acá mis cosas. Como decía Felisa: pequeñas cosas que ya no se donde poner. Y llegó justo con la internación de mamá. Como si eso hubieran sido los dolores de parto de este blog. Que evidentemente no nació para ser divertido, noi complejo ni polémico. Sino simplemente personal, mío, propio, salido de mis entrañas, llenito de todos esos ruidos raros que me hacen las tripas.
Mayo: Le dieron el alta a mi vieja, aunque eso no necesariamente quiso decir que ya se había mejorado. hasta que poe una vez en la vida, mi viejo se puso firme y clavó las estacas para sostener la carpa bien firme. Me pregunto dónde estaríamos ahora si en ese mayo no nos hubiéramos puesto de acuerdo con mi papá para mostrarle a mi vieja lo equivocado de su actitud. El día 21 de este mes cumplimos diez años de casados con Silvio, aunque el festejo lo dejamos para el mes siguiente. En este mes le diagnosticaron el celiaquismo a F., uno de los sobrinos de Silvio. Fue bastante traumático para la familia pero viendo ahora la recuperación que tuvo de peso y desarrollo, es un alivio que no hayan demorado más tiempo en descubrirselo. El 25 cumplió años mi papá, pero como de costumbre no hubo fiesta.
Junio: Lo más importante de junio fue el cumpleaños de quince de una de las hijas de R. un compañero de oficina de Silvio. Sobre todo para Ailén. El tema de comprarse ropa, elegirle un regalo que fuera muy especial, el embale de ir a una fiesta con papá con traje y corbata y mamá con pollera larga, saber por anticipado que la cumpleañera tendría un vestido laaaaaaaaargo como de princesa. Todos esos eran pequeños detalles que para ella eran novedad e hicieron que ella viviera con muchas ganas el antes de la fiesta y que disfrutara con toda la feminidad de sus 6 años el durante de la fiesta. Uno de los fines de semana lo tomamos con Silvio para irnos los dos solitos a Sierra de la Ventana, supuestamente a festejar los diez años de casados; aunque el festejo fue bastante más frío de lo previsto.
Julio: Para arrancar el mes mi vieja cumplió años, pero no pasó de una pequeña reunión familiar. Al día siguiente tocó el desfile anual por el aniversario de la ciudad Por suerte después llegaron las vacaciones y viajamos a Buenos Aires a conocer el departamento nuevo de mi cuñada menor. Fue un viaje lleno de vueltas pero que finalmente resultó más agotador que divertido.
Agosto: Por más que me esfuerzo no consigo acordarme de nada sustancial o importante de este agosto. El archivo bloguero de ese mes tampoco me ayuda mucho. no sé. creo que fue un mes bastante insípido.
Septiembre: Fue un mes de bastantes corridas. Cumpliamos años todos los virginianos que vivimos bajo este techo: Lihuel, Ailén, yo y Silvio. De regalo llegó la inscripción para el curso de buceo y fue lo que más o menos empezó a repuntar el año. Después vino el fin de semana de la primavera y el día del estudiante. Mi alergia también volvió pero este año no se si fue la natación o qué, no me jodió tanto como otras veces.
Octubre: Mis suegros cumplieron 40 años de casados. Cada día que pasa me parece más y más lejano el momento en que Silvio y yo cumplamos 40 años de casados. Seguramente llegaremos a cumplir 40 años de amigos, porque eso si somos y bastante buenos. Pero casados? No sé, últimamente mis definiciones están cambiando bastante. Mi decisión de ligarme las trompas finalmente quedó postpuesta por un tema presupuestario más que ideológico. Por lo menos me saqué todas las dudas que tenía en la cabeza. Aunque este mes me lo pasé pensando demasiado en mi cabeza, hasta el punto quen que mi cerebro me empezó a molestar; deben haber sido las horas que pasaba con la cabeza abajo del agua, no me quedaba otro remedio que pensar.
Noviembre: A esta altura del año ya tenía un poco más en vista mi núcleo, ese centro de magma que me mueve y me desacomoda. Ahora me faltaba saber si tirarme de cabeza a la roca fundida y quemarme de una sola vez o si buscar el control interior de los faquires para caminar sobre las brasas ardientes. Por lo pronto, un día mi cabeza tuvo que resignarse a la evidencia: me había "enamorado". Después vino el high-light del año: el viaje de buceo a Madryn. Y el regalito que vino de yapa: el encuentro que tuve con Silvia.
Diciembre: Actos de fin de año. Disfraces. Notas. Compensaciones. Una alumna invitándome a su cumple de quince. Reuniones. Corridas. Empiezan las vacaciones. Colonia de verano. Cero tiempo. Ningún encuentro totalmente positivo. Compras y más compras. Tres, no, cuatro libros pendientes de lectura. No darle oportunidad al león para que me coma. No dejarle tiempo pendiente a diciembre. Correr y correr. Run diciembre, run. Para llegar a enero y termniar de una buena vez con este año. Aunque el 2004 sea bisiesto. Aunque según el horóscopo no se genial para Virgo. Aunque sea para poder tirarme como un lagarto gordo panza arriba al sol.

Y después de este análisis podrás entender por qué este año el balance es NI.

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