La historia del día de San Valentín comienza hace muucho mucho tiempo, en el siglo tercero, al borde del Río Tercero, con un tirano emperador romano, Claudio López III, más conocido como “el tirano”, “yo claudito”, “el piojo” y “Cachita” por las noches, gobernando, y un humilde mártir cristiano: Rodolfo Valentino.
Claudio había declarado que asociarse con cristianos era un crimen castigado con la pena de muerte.
La historia del día de San Valentín comienza hace muucho mucho tiempo, en el siglo tercero, al borde del Río Tercero, con un tirano emperador romano, Claudio López III, más conocido como “el tirano”, “yo claudito”, “el piojo” y “Cachita” por las noches, gobernando, y un humilde mártir cristiano: Rodolfo Valentino.
- “El que quiera ser cristiano, que pene.” - le dijo su secretario privado.
- “Sí, qué pene…” - pensó Claudio en lo que le había dicho la Sivia.
Valentino se había dedicado a los ideales de Cristo y ni siquiera las amenazas de muerte le detenían de practicar sus creencias. Así fue arrestado por policías en acción y enviado a prisión. Se pateó todos los presidios, se pateó Caseros, luego se pateó Sierra Chica y terminó en Devoto, tal como él era, luego de patear el penal de Olmos.
- “Eh…, loco…, eso están arreglado con la Iglesia, no fue penal el de Olmo, loco…”
- “Sí, qué pene…” - pensó Claudio en lo que le había dicho la Sivia.
Valentino se había dedicado a los ideales de Cristo y ni siquiera las amenazas de muerte le detenían de practicar sus creencias. Así fue arrestado por policías en acción y enviado a prisión. Se pateó todos los presidios, se pateó Caseros, luego se pateó Sierra Chica y terminó en Devoto, tal como él era, luego de patear el penal de Olmos.
- “Eh…, loco…, eso están arreglado con la Iglesia, no fue penal el de Olmo, loco…”
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El Guz
mirá como tiembloG
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