No me importa que sea una fecha comercial, o que un kilo de rosas se esté vendiendo al precio de un kilo de oro. Yo festejaré el día de San Valentín, por el simple hecho de que estoy enamorado. Sea el amor una treta disimulada en mis cromosomas humanos a fin de prolongar la especie, o una placentera patología. No me importa en lo más mínimo si el romance es la vereda por la cual uno camina de a ratitos y casi de un modo involuntario, cuando no está pisando a fondo sobre la avenida del egoísmo.
Porque te quiero, te amo, te extraño y soy feliz nomás sabiendo que en algunas horas voy a dejar de fingir que trabajo, nomás para verte y volver a enamorarme de vos. El hecho de que me aguantes y permitas formar parte de tu Universo hace de mí el papanatas más suertudo en todo el mundo, y me hace creer que los mejores días de mi vida son esos que pasamos juntos, a pesar de todo.
Este día (como el resto, mi vida entera, y ya que estamos, este artículo, que es el #300 en Damos Pen@) es para vos. Feliz día de San Valentín, mi vida.
Mantis
Damos pena
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