yo se que nadie sabe y también se que de mi boca jamás saldrá una palabra.
aún así siento la mirada de todos y paranoicamente encuentro gente murmurando.
nada debería preocuparme, después de todo quién puede enterarse? esta sonrisa idiota, este buen humor y este sabor dulzón en mi boca bien pueden ser el resultado de unos besos completamente legales.
pero igual, la culpa sigue atadita a mis tobillos,
mientras que el envoltorio del alfajor se mata de risa en el fondo de mi cartera
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