el horror de encontrarme con esta necesidad de sentirme mimada, querida, comprendida, admirada,deseada. maravillarme de descubrimiento y saber que todavía, aún hoy y a pesar de todo puedo, puedo como antes, o mejor que antes. porque en realidad antes-antes, que se yo, nada, o alguito apenas que siempre se diluía por las convenciones sociales y porque está todo eso de la culpa. pero ahora no tengo freno, nada de freno.
pero miedo, miedo sí tengo.
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