miércoles, 7 de mayo de 2008

durazno y limón

Yo no creo en esa idea de la media naranja. Eso de que hay una persona que es tu alma gemela y que encontrarla es como una suerte de lotería. O algo parecido: que hay solamente cinco personas en el mundo que son abolutamente compatibles con vos, que son el hombre/mujer de tu vida. Francamente, ese concepto me parece una estupidez. No porque no sea romántica (tengo mis momentos, tampoco aaaahhh a la pavada), sino porque es una máxima tan infundada y sin respaldo empírico como decir que a todas las mujeres que toman daiquiris de frutilla les gusta hacerlo por colectora.

Es por eso que no creo haber encontrado a mi media naranja. En todo caso él será durazno y yo limón, pero de mitades ni hablar. Y como tales, tenemos que hacer mil compromisos y ponerle garra para que esto siga andando. El tema es que me siga gustando el durazno y él no se canse del limón. Y no es que nos elegimos todos los días como se dice por ahí que hay que hacer: hay días en donde me gustaría correr tan rápido y sin mirar atrás hasta llegar al polo norte, alquilarme un iglú y ser feliz mirando televisión y comiendo pochoclo. A él seguramente también le pasa cuando me pongo particularmente molesta. Mejor ni le pregunto...

Pero siempre hay más de más que de menos y al final del día eso es lo que cuenta. Cuando no todo es siempre igual y cuando sentís que ahora está ahí. Esa sensación está buenísima, y llamáme viejita pero es casi tan buena como las mariposas en el estómago.

No, definitivamente no somos dos medias naranjas. A lo sumo fruta.



kleine fabel

2 comentarios:

guada dijo...

que lindo que esto siga abierto... lo tenía completamente olvidado!

ADN dijo...

cinco personas en el mundo que son abolutamente compatibles con vos???
que las que toman daikiri les gusta por la cola??? jajaa, nunca habia escuchado eso.
No se por qué se comparan las parejas con las frutas. Peor si es asi, prefiero dos frutillas llenas de crema o mojadas en champagne.