Ayer vino Juana de visita.
Por supuesto vino con Pablo colgado de la espalda.
Es un buen tipo, otro no hubiera soportado la presión de una relación con una mina tan llena de problemas. Pero igual, a mí a veces me revienta que esté permanentemente al lado. Muchas de las veces que nos encontramos me quedo sin poder contarle ciertos y determinados detalles de mi vida por el simple hecho de no tener espacio ni tiempo.
Juana tiene una de esas vidas terribles que si uno lee en una novela piensa inmediatamente "Eeeeeeh, pará, no puede ser que le pasen tantas desgracias juntas" Jane Eyre un poroto, vea. Uno nunca alcanza a consolar todos los males que padece. Por suerte ella a esta altura toma su propia vida con elegante resignación. Que es mucho más de lo que yo misma podría hacer en similares circunstancias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario