miércoles, 30 de abril de 2003

punto de encuentro

Recién vengo del hospital.
A la entrada me encontré con Mariela, ex-compañera de la primaria. Su mamá también está internada y embromada. en una escalera me crucé con el Negro, un amigo de Silvio. Estaba haciendo el papeleo de internación del papá.
Antes nos encontrábamos en los cumples de quince y en los boliches. Más tarde en las fiestas de casamiento. Después en la sala de espera de algún ginecólogo o del pediatra. Muchas veces en la puerta del jardín de infantes o a la salida de la escuela. Y ahora... en el hospital con los viejos medio cluecos. Señal indiscutida del paso del tiempo.
A la vieja le siguen haciendo estudios y siguen sin descular bien la fuente de sus mareos y náuseas. Por lo menos el catarro y la glucemia ya se los controlaron. Y aparecieron todos los médicos amigos de la familia, así que espero que puedan por fin diagnosticarle algo concreto.
Como siempre, paciencia.




¿Hay algo más ridículo que un tipo con pilotín amarillo, en medio de una llovizna fuerte, regando el jardín del hospital con una mangera azul? Hoy ví uno así.

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