¡Llamada telefónica de Tandil!
Ana desde el otro lado del teléfono. Y me dice que me extraña y que a veces necesita mi compañía. Hace ya tres años que dejamos Tandil atrás y la verdad es que yo también extraño todo un montón. Ana es una de esas personas que uno cuando es grande cree que ya no va a encontrar tan fácilmente. Porque es complicado hacer amigas nuevas cuando ya sos una "mujer" de treinta. Y sin embargo los engranajes se ajustaron tan bien, como si nos hubiéramos conocido de la secundaria. y eso que nuestras historias (y hasta nuestras edades) son tan diferentes. Se siente tibio saber que aún en la distancia y a pesar de mi fiaca para comunicarme, sigo ocupando un cachito de su corazón.
Por las noticias tandileras que me contó las dos pichonas de aquel curso ya tienen su vida medianamente encaminada. Fabiola recibida, viviendo con su bebote y con su Mariano. Y trabajando, que no es poco. Valeria (Valucha) con un bebé recién llegado, Felipe. Me la imagino super madraza, detallista, cuidadosa, prolija. ¡Qué ganas de estar allá para ejercer mi papel de tía postizamalcriadora!
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