lunes, 20 de octubre de 2003

mi cabeza hoy está colgada de una telaraña del techo.
me veo caminar por la casa, limpiar, cocinar, abrir archivos en la computadora, preparar un trabajo práctico, modificar un proyecto de compensación, levantarme, peinarme frente al espejo con ojos huecos.
desde acá arriba de la telaraña se siente el mundo como algodonoso, como si mi cuerpo se moviera en gelatina espesa.
la punta de mis dedos se mueve en la teclas, pero se sienten dedos largos, enormes, lejísimo de mi cerebro.
fragmentos quebrados, el diafragma se contrae y salgo toda boca pidiendo aire.
si entrecierro los ojos y enfoco la mirada puedo ver mis pestañas, negras, gruesas, duras, como barrotes.
mi cabeza es mi jaula.

quién será el que me deja el alpiste todas las mañanas?

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