jueves, 1 de mayo de 2003

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Hoy fue un día de tranquilidad.
Mamá sigue en el hospital pero poco a poco mejora. Ya no tiene los picos de glucemia de antes y ya no se marea cuando se sienta en la cama. Papá parece muy cansado. Apesta a olor a cigarrillo, ni siquiera me animo a preguntarle cuántos está fumando por día. Hoy fui a su casa y ayudé un poco a ordenar y mantener la limpieza superlativa a la que mi vieja está acostumbrada. No sea cosa que cuando le den de alta se le ocurra ponerse a limpiar desde las cortinas hasta los pisos.
Almorzamos en casa de mis suegros para festejar el cumple de mi cuñada menor. Lo mejor del menú: torta Selva Negra: Chocolate y crema, la combinación perfecta. Un manjar.
Y hasta hace un rato estuve haciendo plancha. La pila de ropa era imposible pero alguna vez tenía que decidirme. Si alguien me preguntara qué es lo que más detesto de todas las tareas domésticas diría sin dudar: planchar camisas. Las odio. Si por mi fuera los varones podrían usar permanentemente remeras.



¡Ah! Casi me olvido

¡FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR!

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