lunes, 5 de mayo de 2003

perpectiva

Hoy le dieron el alta a mamá. Por fin. La bronquitis mejoró muchísimo. Ahora falta que no se abandone y se levante a caminar aunque sea de vez en cuando. Porque es todo una cadena: si se levanta más seguido no se marea, si no se marea y camina le da a petito, si le da apetito come comida, si come comida puede regular mejor la glucemia y no necesita hacerse las correcciones de insulina, si mantiene la glucemia más estable puede bajar las dosis de NPH, y así resulta mejor en todos los aspectos. Claro, que se dice fácil, pero...
Papá ahora está tratando de ordenar sus cosas porque este fin de semana es el torneo de Pelota Paleta que organizan todos los años. Y él que no es nada sociable, seguramente va a estar a cargo de las relaciones públicas, como todos los años. Mejor. Que tenga una ocupación para quemar la cabeza.

Hoy por la mañana también le hacían la biopsia intestinal a Franco (2 años), el sobrino de Silvio, para determinar si es celíaco o no. Es difícil creer que el resultado pueda ser negativo, pero creo que por la salud mental familiar hay que prender alguna velita.
A veces creo que pelear las dificultades en silencio y sin levantar la perdiz nos deja en un papel de pelotudos increíble. Ahora parece que todos están al salto y a la lágrima por una situación que si bien es complicada y difícil, no deja de ser relativamente simple en su solución.
Sos celíaco, hacés la dieta, punto. Ta bien, ta bien, el chico es chiquito, se va a perder de muchas cosas que otros chicos de su edad pueden disfrutar. Pero estamos hablando de la comida. Sólamente de la comida. ¿Y si se pensara en positivo? ¿En todo lo que va a ganar? En salud, en buen humor, en desarrollo, en cuántas cosas va a mejorar gracias a un cambio en la forma de alimentación.
Pregunto ¿hay que hacer una ceremonia familiar y anunciar con cara de vaca rumbo al matadero que el sábado lo llevaron a comer su "última hamburguesa del McDonald's"? Justo enfrente del local de los "arcos dorados" en el Shopping hay un sucedáneo local llamado Big Six. Las hamburguesas comunes son mucho más ricas que las de la competencia, y encima desde hace años tienen un combo especial libre de glúten. Osea, no es para hacer tanto escombro.
¿O será que con Silvio nos acostumbramos a tomarnos la vida de otra manera?

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