miércoles, 5 de noviembre de 2008

(des) consuelo

hoy me llama una de las preceptoras y me dice "hay una nena de 2do año que esta llorando en el baño, por qué no vas y te fijás?" me arremangué la paciencia y fui.

C. estaba encerrada y se la escuchaba llorar desconsolada. le fui hablando para tranquilizarla y tratando de entender por qué lloraba tanto. C es una nena tranquila, no tiene problemas de conducta y zafa bastante bien con las notas. conseguí que saliera y que se lavra la cara pero igual le seguían resbalando unas enormes gotas de los ojos. entre medio de las tantas frases que le conseguí hacer hilvanar detecté algo que me sonaba familiar. "decime una cosa, vos estás así porque tenés algún problema con un flaco?" ay mamita, para qué. hacé de cuenta que abrieron las compuertas del dique, lloraba, hipaba y se le corría todo el exceso de delineador que tenía puesto mientras me decía:

"usted no sabe profe, es que él está en buenos aires y vino el fin de semana, pero resulta que se estaba escribiendo también con otra piba y esa me conoce y no me dijo nada y él, él tampoco me dijo nada hasta que vino acá y sí estuvo todo el tiempo conmigo y nada con la piba esa, pero igual me enojé y el lunes lo ví por última vez pero yo creía que estaba todo bien pero estaba todo mal porque ahora me mandó un mensaje que ya está en bahía y que después a la noche se va y que no le mande más mensajes porque soy muy vueltera yo no me despedí ni nada y entonces..."

hizo una pausa para respirar, arrancó de vuelta con las lágrimas gordas y el llanto desconsolado, mientras tanto estrujaba el pañuelito de papel que le había pasado. yo la miraba desde mis 39 años y me sonreía por dentro reconociendo a la mariana adolescente y sensiblera que alguna vez fui. cuántas veces había llorado así, parecía que no iba a existir un mundo mañana, que se apagaba todo y sin embargo no era así. volví a mirar a C. que retorcía la punta de su guardapolvo e hice lo único que me pareció apropiado.

fui a la cocina, le hice un té con mucho azúcar y la acompañe al gabinete (una oficinita donde trabajan la asistente social y la educacional que está bastante alejada del patio). la hice sentar, le di un paquete nuevo de pañuelitos de papel y le dije: "mirá, yo sé que no me vas a creer, pero todo esto va a pasar. ahora te duele como la puta que lo parió*, como si te estuvieran cortando al medio con un hierro caliente. pero va a pasar. mañana te va a doler un poco menos y pasado un poquito menos. hasta que un día te vas a acordar de esto y hasta te vas a sonreír. yo sé que ahora pensarás "qué gorda pelotuda*" pero confiá en lo que te digo. va a pasar. ahora quedate acá el tiempo que necesités, llorá todo lo que tengas que llorar y después te lavás la cara y te vas al aula, estamos?"

me miraba con una tristeza tan patética que resultaba graciosa. media hora más tarde, seguía desconsolada pero ya no lloraba. me devolvió la taza sin decirme nada y se volvió a clase.

con las otras mujeres de la escuela concluímos que todas, absolutamente todas, hemos llorado hasta ese punto en el que no podés decir tres palabras seguidas porque no podés respirar, todas absolutamente todas hemos lagrimedao hasta el punto en que se nos hinchan los ojos y parecemos orientales, todas absolutamente todas hemos terminado con un llanto lleno de mocos y de hipos mientras el corazón se nos partía de dolor. mientras tanto los varones de la escuela nos miraban con incredulidad, meneaban la cabeza y decán "qué manga de boludas"...

(((*sí, yo si la ocasión la amerita, les digo malas palabaras a los alumnos, por?)))

5 comentarios:

Sweet carolain dijo...

primero, entre al blog, por el nombre. me en-can-tó.
y segundo,me gustó como la miraste desde tus 39. uno por lo general se olvida de uno mismo a esa edad, y en esas situaciones. trata de borrarlas. sin embargo todo se reedita, aunque desde otro angulo.

besos.

marxxiana dijo...

es cierto, uno fácilmente supone que todo es evidente y fácil de digerir pero nos olvidamos de todo lo que nos dolió llegar hasta acá.

mirá que yo no extraño para nada mi adolescencia, pero estando en contacto con los pibes de lunes a viernes no puedo evitar comparame en muchas situaciones y encontrar con que los puntos de choque con los adultos siguen siendo los mismos que hace 25 años.

y lo del nombre del blog, qué se yo :-)

Sweet carolain dijo...

Y sí, supongo que porque basicamente, el proceso de crecer, o de adolescer, sigue siendo igual de doloroso, a pesar de todo lo que les meten para distraerlos.


o incluso, por esas cosas que los new teans tiene para entretenerse.

besos

te linkeo.

Daniela Lucena y Gisela Laboureau dijo...

si!!! yo en segundo año tuve mi primer sufrimiento groso por amor, el muy turro se llamaba Ariel, y como me gustaba!

gracias por pasar por morkelik y por tu comentario.
vos sabes que cuando vi el link de youtube que dejaste me imagine que era esa cancion, en realidad fue mas bien un deseo. porque hace unos años ya vi esa pelicula en el malba y me encanto! despues intente conseguirla pero no pude, y luego paso y quedo pendiente. y podes creer que nunca se me ocurrio buscarla en youtube! asi que me encanto encontrarla de este modo. un beso! nos leeemos.

Azul... dijo...

ainssss qué de recuerdos!!!
Si en la adolescencia supiéramos la mitad de lo que sabemos ahora...

Besototes again!