domingo, 30 de noviembre de 2008

los chicos de mi vida

De pequeña tenía la idea de que todas podíamos ser princesas. Que un día aparecía el príncipe azul del que tanto nos habían hablado y así, empezaba nuestro cuento, nuestra felicidad… (Demasiado Walt Disney por mis venas)



Supongo que el paso de los años, los príncipes que se quedaron en ranas y los que jamás se quitaron el disfraz de sapo, me hicieron ver lo que es realmente el “amor” y en que consiste ser “princesa”.





En el colegio no solía llamar mucho la atención de los chicos, pero me repetía una y otra vez que no pasaba nada, que un día las cosas cambiarían. En todas las películas la chica mas freaky acababa por convertirse en el bellezón de la clase…



(Querido Diario: de mayor voy a ser guapa, pero si hasta el patito feo se hizo cisne!!! Por qué no voy a poder yo?)




Me enamoraba con facilidad, casi diariamente. Más que enamorarme, era una ilusión tonta que me hacía sentir un “buruji” en el estómago por los menganos de buen ver de mi colegio. Alicientes que me buscaba para ir más animada a clase y ver algo positivo en esos lunes de vuelta a la rutina: Gus El Repetidor, Leospain, Milito, Marcelino, Mati… Realmente nunca llegué a nada con ninguno, y cuando digo a nada, en la mayoría de los casos me refiero a no cruzar tan siquiera una palabra. Fui la “novia” de alguno de ellos y lo que esto implicaba a los 12-13 años, que en mi mundo era ABSOLUTAMENTE NADA!! En la mejor de las ocasiones, llevar una pulsera que él te había regalado y conformarte con propagar a los cuatro vientos lo mucho que os gustabais y oh my god! El sentimiento era mutuo!!!




Vino la adolescencia y con ella grandes cambios. No es que el patito feo se hiciese cisne… pero se quedo en patito, sin más, sin adjetivos detrás, con mil complejos, pero patito al fin y al cabo.



No fui la única que advirtió los cambios, los amigos de mi hermano le hicieron saber que la “hermanita” se estaba quedando sin diminutivos. Por supuesto, el BiGBrother espantaba las miradas sucias de todo el que osaba decir “mu”.





Mi primer beso lo di en la noche, de forma inesperada, a un amigo, al Exótico de turno y pensé: Dios! Espero que esta sensación tan desagradable sólo haya sido al principio. Pero la sensación no remitía y empecé a preocuparme: seré yo? Acaso no estoy siguiendo bien las instrucciones de la “Superpop”/ “VALE”/ “BRAVO”??? (o cualquier otra revista juvenil que leyese por aquel entonces) Aquello no era para nada como el beso mágico de las películas! Dónde estaba la música, la banda sonora? Eeeeey! Alguien se ha olvidado de lanzar los fuegos artificiales?? Vale, es una broma no? Ahora salís todos sonriendo y haciendo el típico “UUUUUUUUUUH” de todas las series cuando hay un momento erótico-festivo, verdad? Pero allí no había ni música, ni luces, ni momento mágico que valiese, así que deje la historia “inconclusa”



(Querido Diario: el primer beso es algo que voy a recordar tooooooda mi vida…así que voy a hacer como que el de hoy no ha existido, porque como tenga que acordarme de este momento tan desastroso siempre, lo mínimo que puedo esperar es una depresión profunda!!)



Intenté no darle mucha importancia, pero aun así recuerdo que fue un 12 de marzo.





Apareció el hombre perfecto, llamémosle Tiago. En verdad no apareció sin más, de la nada; Tiago siempre había estado ahí, solo que quizás, yo no me había dado cuenta.



Aunque sabía que mis posibilidades con él eran 0’0, inconscientemente deseaba equivocarme y que pasase a formar parte del cuento de hadas que tenía planeado para nosotros. Pero la realidad se impuso a las mil y una historias de mis sueños y acabo liándose con Pretérita, una chica, que al igual que el PerfectMan, lo tenía todo…



(Querido Diario: eso de que el chico más popular de la escuela puede fijarse en la impopular, ser felices y comer perdices… ES MENTIRA!)





Posiblemente por despecho, por orgullo o que se yo, dejé que mis amig@s me metiese ideas en la cabeza, de tal forma que el chico raro ya no era tan raro, hasta tenía un algo! Vamos que me acabaron “convenciendo” de que quien me gustaba realmente era Popy y a base de empujoncitos de todo el grupo en general, acabé “saliendo” con aquel chico peculiar, y pongo saliendo entre comillas porque eso era de todo menos salir… en el tiempo que estuvimos “juntos” (que no fue mucho, 3 meses a lo sumo) no quedamos solos ni una sola vez. Aún así teníamos nuestro drama juvenil cual telenovela de éxito con cuernos incluidos (Ay Carlos Manuel de Todos los Santos, cómo has podido hacerme esto?!, si yo te amoooooo)



Pobre yo, o quizás no tanto…porque Vaquero me vino que ni pintado en esos días!



(Querido Diario: Me ha sido infiel! –lagrimita- que ridículo tan espantoso delante de todo el instituto! –lagrimita- Yo también he echado mi canita al aire, pero por lo menos no se ha enterado nadie!)


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