lunes, 18 de diciembre de 2006

hoy estoy metafórica

Pensaba que en el tango, cada bailarin tiene que poder mantener su propio equilibrio, su propio eje. Cada uno tiene que poder conocerse a si mismo, saber como funciona su cuerpo, su caminar, sus puntos de apoyo, su modo de trasladar el peso, su modo de escuchar la musica.

Recien despues podra abrazarse al cuerpo del otro para construir un eje compartido.

Si uno se apoya demasiado en el otro, los dos pierden el equilibrio. Si uno se aleja demasiado y pierde el contacto con el cuerpo del otro, los dos se pierden. Si uno esta demasiado preocupado por lo que hacen sus propios pies, brazos, por las figuras, por no chocarse, y pierde la conexion con el partenaire, entonces puede haber un recorrido individual por la pista, pero eso no es baile. Si uno esta demasiado absorto en lo que hace el otro, pierde de vista la musica, la pista y su propio movimiento, y entonces no hay baile tampoco.

El tango se baila de a dos; cada uno tiene un rol, diferente del rol del otro, complementario. Cada uno tiene que poder manejar su equilibrio, su peso, sus movimientos, y es a partir de ahi que podra contactarse con el otro y crear juntos un baile, baile que no le pertenece ni a uno ni al otro sino que es un producto de los dos, algo singular, propio de esa pareja, que no podria haber creado ninguno de los dos por separado, baile que es el producto de un encuentro.

Y se me ocurrio que es un buen modo de definir lo que pasa en el amor:

Cada uno tiene que poder conocerse a si mismo, saber sus modos de funcionar, sus necesidades, sus angustias, sus miedos, sus deseos, sus ideas, sus reacciones, su estilo.

Tener su propio equilibrio; no cargar al otro con todo nuestro peso ni dejarlo solo con el suyo. Poder por momentos estar dispuesto a ayudar a cargarlo, y que en otros momentos sea el otro el que nos ayude.

Preocuparse por uno mismo, sin dejar nunca de estar en conexion con el otro. No absorberse tanto en el otro al punto de perderse de vista uno mismo.

El amor es algo que se hace de a dos, cada uno tiene su propia individualidad a partir de la cual se crea una nueva entidad, el nosotros, que no es de uno ni del otro sino de los dos. Esta nueva creacion, producto de un encuentro, permitira el acceso a cosas a las que uno solo no podria llegar. Es un caminar juntos, acompanandose y compartiendo, al ritmo de la propia musica.

barluz

barluz en la ciudad luz

No hay comentarios.: